Innovación tarraconense en la digitalización arquitectónica

Iniciativa. Nace Scandraw, una ‘spin-off’ de la Universitat Rovira i Virgili, que puede revolucionar la preservación del patrimonio

29 agosto 2024 12:46 | Actualizado a 06 septiembre 2024 21:11
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Cuando se generó el incendio que calcinó la catedral de Notre-Dame de París, uno de los principales inconvenientes en el momento de iniciar la rehabilitación fue que la planimetría no era completa, en base a documentación milimétrica. Y esto dificultó el inicio del proceso de recuperación.

En aquellos momentos, se puso de manifiesto que tener una radiografía completa y fidedigna es clave cuando hablamos de patrimonio histórico. Y precisamente este es el ámbito de especialización de Scandraw, la nueva spin-off de la Universitat Rovira i Virgili (URV), que el pasado mes de julio empezaba su andadura.

Detrás están los arquitectos Albert Samper, Celia Mallafré y David Moreno, profesores de la Escola Tècnica Superior d’Arquitectura, que durante más de siete años han combinado su trabajo como docentes con el de investigadores. Su especialización es la digitalización en el ámbito del patrimonio histórico, un campo que puede comportar un salto en cuanto a la conservación, en el que todavía hay un largo camino por recorrer.

El primer paso antes de impulsar un proyecto de rehabilitación es obtener una radiografía del edificio. Hasta el momento, este dibujo se hacía con medios tradicionales, como pueden ser las cintas métricas o los aparatos que se utilizan para hacer topografías. «Esto generaba un nivel de imprecisión y tardabas mucho», explica Samper.

La sustitución de estos medios manuales por vuelos de dron o la utilización de técnicas láser permiten hacer un levantamiento con una precisión «milimétrica» que «contrarresta» con los inconvenientes del sistema convencional.

A partir de todos estos datos pueden generarse gemelos digitales, prototipos e incluso obtenerse análisis estructural. En definitiva, un exhaustivo tac a través del cual estos profesionales pueden tener una visión completa de estos edificios patrimoniales. «Al final, el valor añadido es como tratas estos datos y nosotros somos arquitectos, con una mirada de arquitecto, lo que te permite detectar posibles patologías o cualquier movimiento, ya que si lo haces ahora y dentro de tres años vuelves a repetirlo, podrás ver si se han producido deformaciones, movimientos o si el edificio en cuestión se ha desgastado o erosionado», indica Samper.

Un cambio de mentalidad

Durante estos años como investigadores, el equipo de Scandraw ha utilizado esta tecnología para hacer un estudio exhaustivo de las catedrales de Girona, Mallorca y Narbona. En colaboración con el ICAC, también han trabajado en la basílica metropolitana de Tarragona, las chimeneas del Palau Güell o el acueducto romano del Pont del Diable. «Debido a la complejidad geométrica de los edificios históricos, es en las actuaciones en el patrimonio arquitectónico donde la utilización de estas técnicas resulta más útil», explica el equipo.

Samper defiende que «está en nuestras manos saber explicar a las instituciones que apuestan por esto». No obstante, también exponen que tras el fuego que en abril de 2019 calcinó Notre-Dame ha habido un cambio de mentalidad, tanto a nivel de administraciones públicas como de instituciones como la Iglesia católica, que son algunos de los principales propietarios de este patrimonio arquitectónico.

«Al final, Tarragona es Tarragona gracias a su patrimonio. Si queremos dejar un legado pasa por seguir cuidándolo, manteniéndolo y preservándolo», indica este arquitecto.

Cuando el equipo está iniciando su trayectoria empresarial de la mano de la universidad tarraconense, ya está empezando a pensar en nuevos proyectos para acercar la arquitectura a todos los colectivos. Y, en este sentido, una de las iniciativas en las que ha empezado a trabajar es la generación de prototipos para acercar el patrimonio arquitectónico a colectivos con problemas de visión.

De momento, tan solo se trata de una prueba piloto, a partir de las chimeneas del Palau Güell, por lo que ya han establecido los primeros contactos con la ONCE para que estos materiales se adecúen a las necesidades de este colectivo y que realmente estas ‘maquetas’ permitan que las personas con problemas de visión puedan hacerse una idea del entorno que los rodea.

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