Hache devora a Helena

‘Hache’. Este drama policial de Netflix, ambientado en la Barcelona de los 60, rodó gran parte de sus escenas en el puerto de Tarragona

08 noviembre 2019 18:27 | Actualizado a 08 noviembre 2019 18:41
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En 1960 el famoso gánster Lucky Luciano está exiliado en Italia, expulsado de Estados Unidos. Está organizando la ruta de la heroína desde Asia hasta el continente americano. Luciano utiliza varios puertos del Mediterráneo para llevar heroína a Norteamérica y uno de esos puertos es el de Barcelona.

Malpica (Javier Rey) es un señorito barcelonés que después de ser herido en Francia, durante la guerra, regresa a su ciudad natal y se convierte en el amo y señor del negocio de la droga en Barcelona. Es dueño del Albatros, una sala de fiestas situada en los barrios más oscuros de Barcelona, desde el que lleva con mano de hierro los turbios negocios que tiene.

Al Albatros llega huyendo Helena (Adriana Ugarte), una mujer de origen humilde que tras ver cómo su pareja es apresado por cuestiones sindicales, tiene que hacer de todo para poder sobrevivir y darle de comer a su pequeña hija. Helena no ve otra salida que dedicarse a la prostitución, y es cuando roba la cartera a uno de sus clientes cuando huye por todo el raval barcelonés y termina con sus huesos en el Albatros y por ende, en manos de Malpica.

Este es el punto de inicio de Hache, la nueva serie policial producida por Netflix, creada y guionizada por Verónica Fernández y dirigida por Jorge Torregrossa.

Relación turbia y enfermiza
Desde el primer momento Malpica siente una atracción obsesiva por Helena quien, acostumbrada a sobrevivir como sea, se adapta con una facilidad pasmosa a sus nuevas circunstancias, que no son otras que ser la nueva amante del gánster.

En este sentido, los creadores de Hache no se han cortado ni un pelo a la hora de mostrar las escenas de sexo entre Helena y Malpica. La crudeza con que las enseñan nos ayuda a hacer una composición de lugar perfecta de cómo Helena asume su nuevo rol, y aun siendo tratada prácticamente como un caballo al que le miran la dentadura para ver si está sano, a ella se lo hace Malpica, poco a poco se transforma y pasa a ser Hache, nombre que surge después de que le pregunten cómo se llama y ella especifique que se llama Helena, pero con ‘h’. A partir de ese momento en el Albatros todo el mundo le llama Hache.

Hache pasa a ser su alter ego, de manera que sabe discernir perfectamente cuándo es Hache y cuando es Helena. Hache es la amante de Malpica, la persona que le ayuda a superar su adicción a la morfina. La que prospera dentro del mundo del hampa como si hubiera nacido para eso. Que se relaciona con Lucky Luciano de tú a tú. Mientras que Helena es la madre abnegada que hace lo que sea para dar de comer a su hija y para sacar de la cárcel al padre de ésta.

En este sentido cabe resaltar la magnífica actuación de Adriana Ugarte. Se come la pantalla cada vez que aparece en escena. Su saber hacer es indudable. Esa mirada felina y penetrante que posee hace que Malpica y el espectador caigan rendidos a sus pies. Ugarte es la protagonista absoluta de la serie. Javier Rey también está muy bien, aunque tal vez un poco alejado de la magnífica actuación que nos brindó en Fariña.

Trama policial interesante
Un día aparecen flotando en la playa unas muñecas. En un primer momento la policía no le da mayor importancia a este hallazgo. Pero pronto cambian de opinión al descubrir que las muñecas están rellenas con botecitos de heroína. ¿De dónde procede esta droga? ¿A quién pertenece? ¿Hacia dónde iba? De contestar a todos estos interrogantes se va a encargar el inspector Vinuesa (Eduardo Noriega) un policía recién llegado de Madrid, tras enviudar recientemente, que tiene una manera de trabajar muy metódica y exhaustiva. Sin prisa pero sin pausa va cercando a Malpica y a toda su organización para demostrar que éste usa el puerto barcelonés para sus trapicheos con la droga.

Rodada en Tarragona
Como aliciente para verla tenemos el dato de que parte de la serie fue rodada durante el pasado mes de febrero en el puerto de Tarragona, concretamente en el muelle de Reus. Este hecho es trascendental ya que en la trama global de la serie el puerto es muy importante para su desarrollo.

En un primer momento puede parecer que tras ver el final del octavo y último capítulo Hache termina, pero sus creadores ya han comentado que si la serie tiene buena aceptación están pensando en continuar con una segunda y hasta con una tercera temporada.

Tengo que decir que los ochos capítulos de la primera tienen un tono un tanto irregular. Aun teniendo una puesta en escena muy solvente, con una fotografía que nos lleva al sórdido mundo del hampa sin ningún problema, hay personajes secundarios a los que se les podría haber sacado mucho más jugo. En definitiva Hache es una serie policial más que correcta, donde lo más destacable es la actuación de Adriana Ugarte, ¡que no es poco!

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