El colectivo GNTGN celebra un año este sábado con el GNFest, una celebración de la cultura alternativa y juvenil dentro del marco del festival Sota la Palmera. Hace justo doce meses que este grupo de jóvenes se daba a conocer en el Mojo Club con la primera edición de este festival, el tiempo ha pasado pero el objetivo sigue siendo el mismo, «dar visibilidad a la cultura que no tiene representación en los circuitos habituales en la ciudad».
No obstante, «sin buscarlo», en este tiempo han entrado dentro de los circuitos habituales y han colaborado con la administración local a través del Espai Jove Kesse y el Mèdol, el centro de arte contemporáneo de Tarragona. Con el centro consiguieron uno de los mayores logros del colectivo bajo la exposición Art Entre Runes, donde artistas plásticos, ilustradores y poetas colgaron su trabajo por las calles de tarragona para «dar valor a las calles menos lucidas de la ciudad». Este proyecto consiguió la aprobación ciudadana, así como la de miembros destacados de la cultura local, tal y como nos explica Yan Gusev, responsable gráfico del colectivo.
Ahora los jóvenes encaran su segundo año de vida con ganas de seguir creciendo y, de hecho, ya han confirmado una segunda colaboración con Mèdol, esta vez dedicada a la moda con el sobrenombre «Dirt».
Tarragona despierta
En sus primeras publicaciones en Instagram GNTGN se presentaba con letras de Crim que gritaban «Tarragona dorm» para denunciar las pocas posibilidades que se brindaban a los jóvenes artistas. Sin embargo en este tiempo han descubierto el «increíble potencial y talento que encierra Tarragona», así lo declara Luis Blain, responsable de comunicación del colectivo, quien destaca que «sólo era necesario servir de canal para dar espacio a las voces que lo requerían». De hecho, Blain detalla que, en este tiempo, «han asumido también a jóvenes artistas de otras poblaciones del territorio».
Pasado el filtro institucional, sólo faltaba ver la respuesta del público para poder consagran este grupo, Blain asegura que «la respuesta de la ciudadanía ha sobrepasado sus expectativas, tanto en cantidad como calidad» y que «han visto demostrada la necesidad de dar una plataforma a los jóvenes creadores».
Comunicación y denuncia
Más allá de servir de plataforma y medio para llevar la contracultura a diferentes espacios, desde su concepción, GNTGN ha sido también un canal de comunicación para promocionar la actividad joven del territorio. Asimismo Yan Gusev considera que «la política y el arte son inseparables», por este motivo, el colectivo seguirá siendo también «un plataforma de denuncia con un marcado carácter ideológico». Eso sí, desde GNTGN dejan claro que su filosofía es funcionar de una manera «horizontal y auto gestionada» huyendo de vincularse definitivamente a cualquier institución.
Fuera de las colaboraciones puntuales que les han servido medios y espacios al colectivo, los jóvenes presumen de haber superado su primer año «con un presupuesto limitado y nutrido de pequeñas donaciones personales». Para sus miembros es clave «mantenerse independientes» en la mayor medida posible, para así conservar su «esencia contracultural».
Un primer año que ha servido de «experimentación y puesta a punto» para este grupo de jóvenes que siguen con ganas crecer «reforzando lo que han hecho y abriendo nuevos horizontes».
