Si se cumplen las previsiones, habrá fumata blanca este año de la Generalitat de Catalunya sobre si se construye o no en La Canonja un centro físico para la descarbonización de la industria catalana, que complementaría el proyecto de construcción de las cuatro plantas piloto que tendrán la función de investigar tecnologías con el objetivo de que el sector petroquímico, cementero, siderúrgico y de residuos capturen y reutilicen CO₂.
Actualmente, está redactándose el proyecto de diseño y planificación de cuatro unidades móviles, que estará listo en marzo de 2025 con un coste de 1,3 millones de euros.
En estas plantas, se testearán diferentes tecnologías. La idea es que funcionen como laboratorios itinerantes, donde las empresas podrán evaluar los últimos avances en entornos similares a los industriales. La intención es construir tres unidades de captura y una de captura y uso de CO₂.
En paralelo, el proyecto contemplaba la construcción de un centro físico de investigación de tecnologías para la captura y la reutilización del dióxido de carbono. Se trataría de un edificio con espacios diáfanos que puedan albergar equipos para demostraciones y plantas piloto a escala preindustrial, además de oficinas y salas para conferencias o reuniones.
Con una inversión de entre ocho y doce millones de euros, el equipamiento ocuparía entre 6.000 y 8.000 metros cuadrados y podría ubicarse en los terrenos del antiguo prostíbulo Vicente Ferrer de La Canonja. El consistorio ya ofreció el solar. En un primer momento, la Generalitat quería que el proyecto arrancara y si, llegado el momento, se percibía la necesidad de esta instalación, construir este equipamiento.
Ahora, desde el Departament indican que «esta acción está siendo evaluada técnicamente en estos momentos por el Departament de Recerca i Universitats, y se prevé que se concrete antes de finalizar el año».
Desde el Institut Català d’Investigació Química (ICIQ), que comanda el proyecto, su responsable de proyectos de descarbonización, Júlia Viladoms, mantiene que «debería ser un centro para la innovación industrial, con TRLs de 4 a 8».
En una escala del 0 al 9, las TRL miden la madurez tecnológica de una tecnología, es decir, cómo de preparada está. «Aunque por el momento estamos centrados en el diseño y posterior fabricación de las cuatro unidades de ensayo, el centro será imprescindible si queremos avanzar aún más en la descarbonización».
Esta iniciativa, de carácter público-privado, la comanda el Institut Català d’Investgació Química (ICIQ) junto a la Universitat Rovira i Virgili (URV) y a Eurecat. Por otra parte, participan empresas del polo petroquímico, siderúrgico y cementero de Catalunya, así como dos plantas de valorización energética de Tarragona: la de Sirusa y la de Sarpi.
El Govern destinó a este proyecto cinco millones de euros en los presupuestos de 2023 y, a pesar de que se preveían cinco millones más en los de 2024, finalmente estarán en los de 2025. «Existirá una continuidad hasta completar el programa», afirman al Diari fuentes de Recerca i Universitats.