Más de 150 personas vecinos de la Part Baixa de Tarragona se reunieron ayer para mostrar su preocupación por la oleada de inseguridad que vive el barrio. En un principio, el encuentro estaba previsto en el centro aragonés. Pero quedó pequeño. «Nos esperábamos entre 20 y 40 personas y, de repente, éramos más de 150», explica Ismael Llurba, uno de los impulsores de la reunión.
Los vecinos aseguran que la situación en el barrio ha llegado al límite. Delincuencia, peleas, drogas, alcohol e inseguridad. «No podemos más. La impunidad con la que se sienten estos individuos ha acabado con nuestra tranquilidad», explica Dani Hortet, quien regenta un negocio en el Barri del Port. La problemática se centra, sobre todo, en la calle Orosi. Según los vecinos, la situación se arrastra desde hace años, pero la apertura de dos bares y un hostal en la calle lo han dinamitado todo.
El encuentro sirvió para que los vecinos expusieran su opinión. «Queríamos dar voz a los que viven aquí y, de esta manera, empezar a tomar acciones», dice Llurba. Por el momento, los vecinos se personaran hoy al pleno municipal para mostrar una batería de preguntas y pedir al gobierno que tome cartas sobre el asunto. «Pedimos que haya más presencia policial. Pero no estática. Es importante que se paseen por el barrio, a pie de calle», dice Llurba, quien añade que «nos sentimos totalmente abandonados. Parece que las administraciones quieran, por algún motivo, promover la creación de guetos en la Part Baixa.
«Hay muchos pisos tutelados y ocupados. Además, aquí se concentran buena parte de los servicios sociales de la ciudad», añade otro vecino. También explicaban como es de habitual ver a personas sin hogar bebiendo y drogándose en plena luz del sol. «Quizás una solución sería instalar una pequeña comisaría en el barrio. Somos puerta de entrada y salida de turistas», dice Llurba.