La Empresa Municipal de Transports de Tarragona (EMT) modera su apuesta por los buses de hidrógeno y opta por «equilibrar el mix energético» para descarbonizar su flota, formada actualmente por 77 vehículos. Pese a que en el anterior mandato liderado por ERC la firme apuesta del ejecutivo de la Plaça de la Font era renovar los vehículos principalmente por la vía del hidrógeno, ahora el gobierno socialista frena este horizonte para decantarse por alternar esta vía con los buses eléctricos y de biogás.
Una clara muestra de este volantazo es la renuncia que la empresa dependiente del Ayuntamiento de Tarragona ha hecho con la operación de compra de 35 buses de hidrógeno con una inversión global de 38 millones de euros, después de que el Tribunal Català de Contractes del Sector Públic haya avalado un recurso presentado contra las condiciones del concurso.
35 buses para 14 años
En septiembre de 2022, el consejo de administración de la EMT aprobó la operación para adjudicar un «servicio integral» de 35 autobuses eléctricos impulsados con pila de hidrógeno, así como su mantenimiento, reparación y abastecimiento durante 14 años, renovando la flota con este tipología de vehículos entre 2023, 2024, 2025 y 2026.
A la licitación se presentó una sola empresa, si bien su oferta no pudo ser estudiada porque una compañía que se dedica al suministro de hidrógeno impugnó el pliego de condiciones. ¿El motivo? Porque las exigencias del contrato contemplaban tanto la compra como el abastecimiento de hidrógeno, un hecho que la firma recurrente pedía que no fuera así, sino que se llevaran a cabo dos licitaciones distintas: una para la compra de los buses y otra para el suministro del elemento.
Hace pocos días, finalmente, el tribunal autonómico ha resuelto a favor de la firma recurrente. Por ello, el consistorio ha decidido no seguir con el proceso y darle carpetazo.
A raíz de esta resolución, el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, asegura que «como ya hacen muchas otras ciudades europeas, apostaremos un mix híbrido entre los buses de hidrógeno, eléctricos y de biogás». Por ello, confirma que el gobierno de la Plaça de la Font «ha descartado» seguir con el proceso para renovar la mitad de la flota con hidrógeno. En esta decisión también ha influido el hecho de que este pasado mes de enero quedó desierto el concurso para adquirir otros cuatro buses de hidrógeno ligados a la convocatoria Next Generation junto a la remodelación de Battestini.
Sobre ello, los técnicos municipales ya han dado los primeros pasos para reiniciar la operación, que está financiada con 600.000 euros de los fondos europeos. Cabe destacar que el traspiés no pone, de momento, la ayuda en peligro, ya que el consistorio tiene de margen hasta el 31 de diciembre del 2025 para culminar la compra.
Ante esta situación, la maquinaria municipal empezó en enero el análisis para «reconfigurar plazos y precios» del futuro concurso. El objetivo es adaptar las cifras al «mercado actual» y buscar la «máxima concurrencia».
«Los 38 millones no se perderán»
Viñuales asegura que, de cara al presupuesto del 2025, la renovación de la flota de la EMT «será una de las grandes prioridades de las cuentas», ya que el objetivo es contar a corto plazo con el 10% descarbonizado: 7 vehículos (los tres que ya están y los cuatro que ahora siguen pendientes).
Asimismo, fuentes de la EMT resaltan que los 38 millones previstos para la compra de vehículos de hidrógeno «no se perderán», sino que a lo largo de los próximos años servirán para llevar a cabo varias operaciones para renovar y descarbonizar una flota demasiado envejecida, que en la actualidad todavía cuenta con varios autobuses que tienen más de 18 años.