En la cocina de la Xarxa Santa Tecla, ubicada en el complejo de Llevant, se preparan cada día unos 1.800 menús. Aquí se cocina para los pacientes del Hospital de Santa Tecla, pero también para las residencias de la Xarxa, centros de personas con discapacidad, talleres educativos... En total entre 20 y 25 combinaciones diferentes teniendo en cuenta las necesidades de cada destinatario: textura (para las personas con problemas para masticar), patologías, alergias, intolerancias y aversiones, entre otros.
Tal como explican los responsables de hostelería, mejora continua y sostenibilidad ambiental y dietética de la Xarxa, la producción de los menús comienza con nueve días de antelación. Se hace en base a los datos de pacientes que están ingresados, por ejemplo, pero también a otras variables como el comportamiento de la demanda en años anteriores.
Pese a que se trata de ajustar al máximo, siempre queda un excedente difícil de prever y no siempre fácil de gestionar. Los responsables explican que hace un tiempo que buscaban la mejor manera de reaprovechar esta comida de forma segura desde el punto de vista sanitario. Así fue como entraron en contacto con la ONG Xarxa d’Ajuda Mútua Alimentària, Xama.
La entidad, con la cual firmaron un convenio en julio, se encarga ahora de recoger ese excedente tres veces por semana y mantener la cadena de frío. Hasta el mes de octubre habían entregado 299 kilos de comida (unas 2.086 raciones) lo que supone un ahorro de 192.469 litros de agua y evitado la emisión de 266,8 kg de C02.
Esta comida se deposita en la nevera solidaria que tiene la entidad en la Avinguda de Salou de Reus. De allí la retira quien la necesite, desde personas sin hogar a familias en situación precaria y mayores que no pueden cocinar. Desde que comenzaron a recibir los excedentes de Santa Tecla, solo hay dos raciones que no se han podido aprovechar y una de ellas fue porque se le cayó accidentalmente a un usuario.