El Ayuntamiento de Tarragona ya ha formalizado el contrato para invertir 24.000 euros en las próximas semanas para reforzar el alumbrado público de La Floresta. De esta manera, se da salida a una histórica reivindicación de los residentes, que lamentan que los actuales 15 puntos de luz que hay en el vial que conecta el barrio con la T-11 no funcionan desde hace una década. Esto genera una sensación de inseguridad entre los vecinos porque se trata de una zona muy transitada, dado que por allí pasan –sobre todo– niños que van a entrenar al campo municipal de fútbol, por lo que la falta de luz supone un peligro para ellos.
La previsión del equipo de gobierno es que el alumbrado pueda ponerse en marcha antes de verano, después de haber acordado con el Ministerio de Fomento un convenio para que sea el Consistorio quien asuma la inversión. Las negociaciones entre Estado y Consistorio se han alargado más de lo previsto, ya que el tema dependía del paquete del traspaso de carreteras.
La asociación de vecinos se muestra escéptica con el anuncio«Era una compromiso que teníamos con los vecinos, que ahora damos salida después de que la situación llevara una década encallada», indica el primer teniente de alcalde y concejal de Espais Públics, José Luis Martín (PP), quien añade que la actuación «mejorará la seguridad de la zona».
Presión vecinal
El presidente de la Asociación de Vecinos de La Floresta, Miguel Ángel Cruz, se muestra escéptico con el anuncio. «Es cierto que nos lo han comunicado, pero hasta que no lo vea, no me lo creo. Así se lo he hecho saber a Martín», indica el representante de los residentes, en referencia al hecho de que nos encontramos en plena campaña electoral de cara a los comicios municipales que se celebrarán el próximo 26 de mayo. Asimismo, Cruz considera que el Ayuntamiento «ha reaccionado» gracias a los diversos actos de movilización que «hemos realizado los vecinos de la zona desde hace mucho tiempo».
Cruz lamenta la situación generada a lo largo de los últimos años, y critica las divergencias entre Gobierno Central y Ayuntamiento a lo largo de la última década, que han provocado –por ejemplo– que las obras inacabadas de las pasarelas que se pusieron en funcionamiento en 2010 en la T-11 sigan pendientes.
«A los vecinos nos da igual de quien sea titularidad la T-11. Lo que nos importa es que haya luz y que las pasarelas sean completamente seguras», indica el máximo representante de los residentes, quien señala que «lo que debería hacer el alcalde es plantarse y presionar para que se lleven a cabo las mejoras».
En el entorno del barrio de Ponent también se han instalado recientemente 150 puntos de luz en la zona interior. El alumbrado del núcleo fue renovado hace doce años. Esta actuación mejoró sustancialmente los niveles y uniformidades lumínicas, pero –no obstante– «uno de los modelos de punto de luz escogido ha sufrido continuas averías importantes a lo largo de este tiempo, provocando numerosas incomodidades a los vecinos del barrio», reconocen fuentes municipales.