El 75% de la población llamada a participar en el simulacro del miércoles se confinó, tal como indicaban los organizadores. Así lo aseguraban fuentes de Protecció Civil, el día después del ejercicio que pretendía que la población tuviera claro qué hacer en caso de accidente químico. Estos y otros datos se han podido deducir gracias a la encuesta que han respondido más de 1.200 ciudadanos y que servirá para valorar el funcionamiento del simulacro y afinar algunos detalles.
Los primeros resultados de la encuesta marcan que el 70% de la población afectada por la prueba recibió la alerta en el móvil. Cabe recordar que se trata de un sistema de aviso que el miércoles se estrenó en Catalunya, con el simulacro de Tarragona. «Hemos visto que la recepción del mensaje ha fallado un poco en una zona concreta de Ponent, en Torreforta. También que la mayor parte de dispositivos que no lo han recibido pertenecen a compañías de telefonía pequeñas», explica Sergio Delgado, subdirector de Programes de Protecció Civil, quien añade que «el simulacro servirá para estudiar el porqué de todo esto».
Otro de los errores que se detectó ayer fue el idioma en el que se recibió la alerta de emergencias en el móvil. Primero, en inglés y, después, en catalán y español. «La idea es que el mensaje llegué en el idioma que esté configurado el teléfono», explica Delgado. La activación del aviso se hizo ayer desde Madrid, pero se prevé que en las próximas semanas, la competencia para poner en marcha el sistema de alerta la tengan las comunidades autónomas.
El debate
Uno de los debates que han estado encima de la mesa en las últimas horas es si la población que estaba en el centro de Tarragona durante el simulacro –y que, por lo tanto no participaban en la prueba–, tenían que ser informados de lo que estaba ocurriendo. En este caso, tal como estaba previsto, no se oyó ninguna sirena ni se recibió ningún aviso. «Si hubiera un accidente como el simulado ayer, la nube tóxica no llegaría al centro de la ciudad y, por lo tanto, la población no debería confinarse», añade Delgado.
«El simulacro ha sido un ejercicio que permite poner a prueba los protocolos y sistemas, y aprender de forma continua. Es bueno que se realicen a nivel de población, como también hacemos de forma sistemática en nuestras propias industrias». Así valoraba ayer el simulacro Maria Mas, directora gerente de la AEQT, quien añadía que «toda iniciativa que tienda a mejorar los protocolos de seguridad, y los niveles de formación e información de la ciudadanía, no solo nos parece positiva, sino que estamos a disposición para colaborar». Mas añadía que «la cooperación y coordinación de todos los implicados es necesaria».