¿Dónde está el asesino? ¿Dónde puede esconderse? ¿Quién le da cobijo? Las preguntas que todo el mundo se hace en Tarragona, casi dos días después del asesinato a sangre fría de un hombre de 35 años en la Rambla de Ponent, también están sobre la mesa de los agentes de la Divisió d’Investigació Criminal (DIC) de los Mossos d’Esquadra, unidad encargada de resolver este crimen.
El secreto de actuaciones que la Policía Autonómica decretó al poco de conocerse el crimen impide que se conozcan detalles de lo ocurrido y de los avances de las diferentes indagaciones iniciadas.
Todo ello, en paralelo, a uno de los principales puntos de salida: la autopsia del fallecido. El análisis forense del cuerpo del joven de 35 años podría aportar pistas o datos que puedan agilizar la investigación.
Y uno de los primeros enigmas que todavía siguen flotando en el ambiente es si hubo disparos en la Rambla Ponent y si hay proyectiles que terminaron con la vida de la víctima, un vecino del barrio aunque sin estar empadronado en la ciudad.
Las versiones vecinales insisten en que hubo disparos y que al fallecido lo remataron con arma de fuego. Lo cierto es que la policía científica no encontró vainas en la calle ni en el locutorio de donde salió la víctima este domingo al mediodía antes de fallecer en plena calle.
Por ello, Mossos mantiene cautela y espera el resultado científico para tener claro si hubo arma de fuego. Las heridas atendidas por el SEM eran de arma blanca.
Aparte de conocer la causa de la muerte, también se está analizando la ruta de huida. Se sabe que se marchó a pie del lugar en dirección sur, hacia el barrio de Campclar (sentido N-340), pero allí la pista se difumina. ¿Alguien lo esperaba en coche o que él tenía uno preparado para marcharse del lugar? No hay nada claro, salvo que se tapó la cara con una capucha y vestía un chándal cuando mató a la víctima.
Concentración en rechazo por el asesinato
Durante la noche del lunes decenas de personas se dieron cita en la rambla de Ponent de Campclar, donde tuvo lugar el asesinato, para mostrar su rechazo por los hechos y por la inseguridad que vive el barrio. Los asistentes recorrieron la calle al grito de “asesino”.
Hasta el lugar de desplazaron varias dotaciones de los Mossos d’Esquadra que, finalmente, no tuvieron que actuar y se mantuvieron en la zona de forma disuasoria.