El inicio de las obras de reurbanización de las calles interiores del Serrallo es cuestión de semanas. Según el Ayuntamiento de Tarragona, estas se pondrán en marcha «entre finales de febrero y principios de marzo», lo que comportará un lifting integral de esta segunda línea del barrio marinero.
Los trabajos, que afectan a las calles Sant Pere y Gravina, están adjudicados y ahora tan solo se trata de acabar los últimos trámites burocráticos. En concreto, se está ultimando la contratación de la coordinación de seguridad y salud, cuyo plan comportará la luz verde definitiva para que puedan entrar las máquinas.
El proyecto persigue un doble objetivo. En primer lugar, la reurbanización de ambos viales, generando una plataforma única que reduzca el espacio para los vehículos, de forma que lo puedan ganar los peatones. «El objetivo es generar calles más amables, siguiendo la filosofía de que las ciudades son para las personas y no para los coches», indica el concejal de Urbanisme, Nacho García.
Esta reordenación permitirá mantener una calzada de 2,5 metros de ancho, mientras se generará una acera de dos metros al mismo nivel y el resto de sección se habilitará para otra acera. Para ello, como primer paso será necesario retirar todos los elementos existentes en las aceras para que estas puedan demolerse, junto con el bordillo y la calzada existente. A partir de esta nueva cota base de pavimentación se generará una nueva red de aguas pluviales que se adapte a la nueva pendiente de las calles.
Llegado a este punto podrá abordarse la reordenación de las líneas de telefonía y eléctricas, que ahora son aéreas. Este es el segundo objetivo que persigue este proyecto, dado que es una reivindicación histórica del vecindario. «Comportará una mejora significativa tanto a nivel de seguridad como estético», indica el presidente de la Associació de Veïns del Serrallo, David Martín. Los cables en las fachadas se harán pasar por una canaleta, para que queden más integrados en los edificios, mientras que en los cruces de calle se soterrarán. Los trabajos –a cargo de la empresa Gestión Ingeniería y Construcción de la Costa Dorada SA– se prolongarán entre «cuatro y seis meses». La previsión es que la intervención quede encarrilada antes del inicio del verano, para evitar los meses más cálidos y el auge de la temporada turística. «Bienvenidas sean las obras, ya que comportarán un cambio significativo», indica Martín.
En las nuevas calles Sant Pere y Gravina se eliminará el aparcamiento y tan solo podrán circular los vecinos con una plaza de parking, además de los vehículos de emergencias y la carga y descarga. Estos deberán convivir con las terrazas de los negocios ubicadas en esta segunda línea. «El acuerdo que ha habido hasta el momento ha sido positivo y siempre ha habido un muy buen entendimiento», defiende Martín, quien apela a la necesidad de «encontrar un equilibrio entre las necesidades de la restauración y los vecinos que tienen una plaza de parking.
Las obras comportarán una inversión por valor de 721.229 euros (IVA incluido) procedentes de los fondos europeos Next Generation. Y es que esta es una de las intervenciones dentro del proyecto Tarragona entre Blau i Verd, impulsado desde el Patronat Municipal de Turisme.