El crédito rotativo o revolving entraña cierta complejidad y puede resultar inadecuado debido a la inexperiencia o la situación angustiosa de algunos de sus destinatarios.
Esta fue la experiencia de un vecino de Tarragona, que en 1999 contrató una tarjeta de crédito denominada Citi, con la entidad financiera Citibank (ahora Wizink). Tras casi 22 años pagando intereses sin saldar la deuda, decidió ponerse en manos de expertos y reclamar a través de la plataforma Recupera Revolving.
La defensa, especializada en reclamaciones a bancos y financieras, solicitó que se declarara la nulidad de la tarjeta de crédito por su carácter usurario: el interés aplicado en el contrato era del 26,82% TAE, indican. El Banco de España no empezó a publicar datos sobre los tipos de interés aplicados hasta el 2003, fecha en la que el interés normal de operaciones de préstamo con consumidores era del 8,69% TAE, casi 18 puntos menos que en el caso mencionado.
Además, además la Ley 7/1995, de 23 de marzo, de créditos al consumo, establecía un límite en el coste del descubierto, que se fijó en una tasa anual equivaliendo superior a 2,5 veces al interés legal del dinero que, en este caso, implicaría un interés de 10,62%, lejano al 26,82% fijado por la entidad crediticia, apuntan desde Recupera Revolving.
En consecuencia, el Juzgado de Primera Instancia Número 1 de Tarragona ha condenado a Wizink a volver al titular de la tarjeta más de 30.000 euros, de los cuales 27.600 euros corresponden solo a los intereses remuneratorios cobrados durante más de 20 años.