El Museu Nacional Arqueològic de Tarragona (MNAT) ha completado este mes de enero la restauración de la Torre dels Escipions, un monumento datado en el siglo I d.C. que se encuentra a pie de la carretera nacional 340, en las afueras de Tarragona. La actuación, con un presupuesto de 42.517,1 euros, ha reparado los desperfectos causados por un factor meteorológico.
Restitución y conservación preventiva
La caída de un rayo la noche del 20 de abril de 2022 provocó varios daños en la Torre dels Escipions, especialmente en la cara sur del monumento (la parte más visible desde la carretera), donde se desprendieron partes de la cornisa y del plinto. Además, el monumento sufrió el desplazamiento de sillares en varios puntos de la parte superior.
Desde el MNAT se impulsó en abril de 2022 una actuación de emergencia para garantizar la seguridad del monumento y de los visitantes, que implicó la estabilización de la estructura y la retirada de parte del material afectado.
La actuación, ahora finalizada, ha permitido el sellado de fisuras, la reintegración de parte de los materiales desprendidos y la recolocación de los sillares desplazados o retirados por motivos de seguridad.
Paralelamente, se ha llevado a cabo una intervención de conservación preventiva en todo el monumento, que ha incluido una limpieza general de todos los paramentos, la reparación de las juntas que lo requerían y la aplicación final de un protector superficial.
La actuación se ha cerrado con la instalación, en el entorno del monumento, de un pararrayos que proteja la Torre de los Escipiones ante inclemencias meteorológicas similares a las sufridas en la primavera de 2022.
La Torre dels Escipions
La Torre dels Escipions considerada el monumento funerario mejor conservado de la Tarragona romana. Aunque tradicionalmente se había interpretado como dedicado a los hermanos Escipió (siglo III a.C.), las investigaciones del siglo XX concluyeron que, por su datación (siglo I d.C.) y características, habría servido para acoger los restos de una familia acomodada de Tarraco.
El monumento está reconocido como Patrimonio de la Humanidad dentro del conjunto arqueológico de Tarraco y es uno de los siete espacios gestionados por el MNAT en la comarca del Tarragonès.