«No voy a llegar», se resigna Nancy, que espera el autobús que la lleve de Vila-seca a Sant Vicenç de Calders. No será el primero de la mañana para ella, que vive en La Pineda y ha llegado a la estación con la línea urbana. Su destino es Vilanova, a donde se desplaza cada día para trabajar. «Antes el viaje eran 50 minutos. Ahora voy a tardar más de una hora y media. Mi hora de entrada es a las 9, pero ahora tengo que esperar casi una hora a que venga el autobús y llegaré tarde. Me siento perjudicada», lamenta.
En Reus, los problemas con la lanzadera con Tarragona han generado un cúmulo de pasajeros que esperan en los andenes. A ellos se suman los que habían venido antes de tiempo al no estar al corriente del cambio de horarios para ir a Barcelona. Mucha gente en la estación y el personal de información a pleno rendimiento.
En Cambrils, una de las usuarias de este martes por la mañana ha sido Marta, que llegaba desde Móra d’Ebre y ha explicado que cómo ya no se cree a Renfe y no quiere quedarse sin tren para ir a Barcelona ha decidido bajar en Cambrils. Aun asi, ha cargado contra la poca oferta y opciones desde la comarca de la Ribera d’Ebre.
Desinformación
Andra Ciugulea se ha subido al tren de la R15 en Sant Vicenç de Calders procedente de Vila-seca y en dirección Barcelona. «Los autobuses han ido muy bien. Estaba muy bien controlado, la verdad. El problema ha sido llegar al tren una vez estaba en la estación, aquí sí ha habido desinformación», explica. Hablan de caos en Vilanova. ¿Llegaré? Va media hora tarde. O más. En su trabajo son tolerantes, pero le preocupa. Tampoco se pone nerviosa. «Ayer no pasaba nada y también fuimos con retraso», explica, resignada. Lo que más critica es la falta de información. «No lo entiendo. Es que no funciona», explica. Hoy va con retraso pero sin caos. Pero explorará otras vías. Seguramente acabará cogiendo su coche. «Por suerte, el mío puede entrar en Barcelona».
En Tarragona, llega a la avenida Roma el primer autobús procedente de Sant Vicenç de Calders. Baja del autobús Jazmín, una joven de Sant Salvador (Vendrell). Explica que habitualmente coge el tren y tarda 20 minutos, y que hoy el trayecto en bus ha sido de 40 min. La joven asegura que en el momento de salida ha habido un poco de caos, «porque ni los que nos guiaban sabían dónde teníamos que ir».
Algunos usuarios en Tortosa confirman que a partir de ahora se pasarán al bus, que ofrece muchas más frecuencias y puntualidad: «tomar un tren, hacer un transbordo y otro tren me parece demasiado, son 3 horas y pico de viaje», comenta Quim, de 30 años, que se dirige a Barcelona a un curso de fotografía.