Mucha gente se verá afectada por las obras del túnel de Roda de Berà, pero también hay a quien el corte ferroviario le beneficiará en los próximos cinco meses.
Es el caso de Natalia Beltrán, una estudiante de Vila-seca que se desplaza a diario a la sede de la Universitat Rovira i Virgili en Coma-ruga, donde cursa el grado de Enfermería.
La universidad está a unos 15 minutos andando de la estación de Sant Vicenç. A partir de este martes, el trayecto en autobús directo le evita paradas y, además, el viaje le sale gratis. “Voy a llegar más rápido y espero que más puntual. A mí me ha venido perfecto”, reconoce.
También en Valls
Los usuarios de Valls celebran que, por fin, la ciudad cuente con más trenes y en horarios más competitivos. Maria Jiménez y Mariano Zazo se desplazan a menudo a Barcelona para ir al médico. Comentan que van a Bellvitge y que, hasta el momento, optaban por ir en coche porque “el único tren que salía de Valls lo hacía pasadas las ocho de la mañana y era ya demasiado tarde”.
Ahora, con los nuevos trenes, tres de los cuales antes de las 8:00 horas, “tenemos más margen”, y es por ello que este martes se han animado a coger el tren desde Valls. Aun así, echan en falta que en la estación de Valls no haya ventanilla “donde comprar los billetes con antelación y hacer gestiones”. Un servicio que hace años que desapareció de Valls.
También Yolanda Clarós se ha animado este martes a probar el servicio. Cuenta que “descubrió” el servicio de tren cuando su padre estuvo en el Hospital Vall d’Hebron. Durante esa época, cogía el tren en Torredembarra porque “era lo más cómodo. En Tarragona no hay dónde aparcar, y Sant Vicenç de Calders es un caos”, mientras que en Valls no había suficiente oferta. Su padre ya no está en el Vall d’Hebron, pero “hoy tengo un curso de teatro en Barcelona, y me he animado a probar el nuevo servicio”.
Lo que valoran todos los usuarios de Valls es la “comodidad” de poder coger el tren desde la misma ciudad. “Cambia bastante la vida”, señala Arnau Bové. Este joven va tres veces a la semana a Barcelona por trabajo y, antes, iba a la estación del Camp de Tarragona para coger un Avant. “El tren de Valls de las ocho de la mañana era ya demasiado tarde”, cuenta, y es que, a pesar de que en el trabajo tiene flexibilidad horaria, tiene que entrar antes de las 9:00 horas. Ahora, con los nuevos trenes “será mucho más cómodo y barato ir a Barcelona”, resume este joven.