Andrea Motis volverá a Tarragona. Y lo hará para abrir la edición número 30 del Festival Dixieland, que tendrá lugar entre el 24 y el 27 del próximo mes de abril. Dicho concierto inaugural tendrá lugar el día 24, a las ocho de la tarde, en el Teatre Tarragona. Las entradas, que cuestan 25 euros, ya están a la venta.
Este año se han programado 46 actos, que serán realizados por 26 artistas de 14 países diferentes, destacaba este martes la concejala de Cultura, Sandra Ramos, en la presentación del certamen, que pretende ser un «homenaje a las raíces del jazz tradicional».
En el festival de este año habría dixie, jazz, swing y danza, con un guiño a los 25 años de la declaración de Tarraco como Patrimonio de la Humanidad. Por ello, se han programado dos actuaciones en el Amfiteatre. Una será el sábado 26, a las 19 horas, con un espectáculo de danza contemporánea con la The Feos’Experience y la compañía de danza La Im.Perfecta. Y la segunda será el concierto de clausura, el domingo 27, a las 19 horas, con Namina&The Barbarians.

Pero sobre todo, destacaba Ramos, el Festival Dixieland tiene vocación «de fiesta en la calle». Y también que once entidades han participado en la programación aportando sus propuestas.
Por su parte, Salva Miranda, técnico de Cultura y responsable del festival, ponía énfasis en los nueve conciertos en los barrios: en los mercadillos de Torreforta y Sant Pere i Sant Pau así como en el mercado dominical de Bonavista. También un festival de música negra, con la Gangbé Brass Band, un grupo nacido en Nova Orleans a principios del siglo XX, fruto de un encuentro entre la herencia africana de los esclavos y los instrumentos europeos de las brass bands.
De los seis actos de pago, algunos ya tienen las entradas a la venta –el resto lo estarán a partir de esta mañana–. Además de Andrea Motis, también se pueden comprar para el concierto de Balkan Paradise Orchestra el sábado 26, a las 21 horas, en el Teatre Tarragona (16 euros).
El cuadro que ilustra esta edición número 30 es obra del pintor de Filadèlfia J.J. White. Ha residido en Nueva Orleans y actualmente está establecido en Tarragona. Su intención era plasmar una referencia al mítico Louis Armstrong, uno de los mejores músicos de jazz del siglo XX. «Quería colores que se utilizan en los festivales de Nueva Orleans», como amarillo, lila y verde.
Octavi Lobo ha sido el encargado de convertir este cuadro, de proporciones cuadradas, en diversas aplicaciones, cada una de ellas con un encuadre distinto a la imagen de JJ White.