Unas horas fatídicas dejan una de las cifras más altas de víctimas mortales, con cuatro mujeres y dos menores asesinados en Málaga, Granada y Cuenca.
El último sábado de junio deja a cuatro mujeres y dos menores de edad asesinados. Estas horas recientes son las más trágicas en cuanto a número de víctimas mortales desde que se tiene registro. Una mujer que tenía una relación con el verdugo, dos exparejas, una suegra y dos hijos es el balance en este día fatídico. Como antesala del mes con más víctimas mortales de la violencia de género -en estadísticas, julio-, se trata de una concentración de casos que marca un macabro récord. Casi tantas muertes como el pasado julio, que con ocho mujeres asesinadas en ese lapso encendió las alarmas. El de este sábado es un número que no se había acumulado en tan pocas horas ni siquiera a finales de 2022, cuando hubo 16 víctimas en 40 días.
Con sucede cuando hay cinco o más víctimas seguidas, el Ministerio de Igualdad convocó ayer el Comité de Crisis, donde se revisarán los protocolos, puesto que en uno de los crímenes conocidos este sábado el asesino tenía una medida judicial en vigor, lo que implica dirimir la eficacia del sistema de protección y las actuaciones de la Fiscalía y de los jueces.
En este caso, el hombre que trabajaba en un matadero asesinó a su exmujer y a sus dos hijos, a pesar de tener en vigor una orden de alejamiento. Ella le había denunciado y había sido condenado por un juzgado de Cuenca. Debía ingresar en prisión, pero seguía en libertad. La mujer, de 44 años, y sus dos hijos, de tres y nueve años, fueron alcanzados por su agresor en su propio domicilio, el lugar donde tendrían que haber estado más seguros, a pesar de estar bajo el manto protector del sistema VioGén.
El asesino no sólo les quitó la vida con un arma blanca, un cuchillo que la Guardia Civil ya encontró, sino que se tomó su tiempo para descuartizarlos, como a los animales con los que trabajaba, y guardarlos en una cámara frigorífica que estaba anexa a la vivienda de Cuenca, en la población Las Pedroñeras, donde vivían las víctimas. La alerta sólo saltó cuando las compañeras de ella denunciaron su desaparición al no acudir a su trabajo.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo, que en abril tuvo que confrontar el repunte de los menores asesinados por sus padres, definió el día como "terrible", "negro" y "difícil". Ahora son dos nuevos casos de este subgénero de la violencia machista, llamada 'vicaria'. Redondo convocó el "comité de crisis en el que se analizarán los asesinatos" para el 4 de julio. En estos cónclaves, en el que participan ministerios, instituciones y fuerzas del Estado, se analiza caso por caso dónde pudo existir una grieta en el sistema, si es que la hubo, y cómo cerrarla. Como en otras ocasiones, la ministra señaló los "discursos negacionistas" y de odio.
Otro de los asesinos de estas últimas horas, el que estranguló a su esposa en Fuengirola, había manifestado su intención de hacerlo en una carta. Era un matrimonio de Córdoba, que vivía en Málaga. Ella tenía 76 años y él, 75, y no existían denuncias previas ni medidas de protección, según fuentes de la investigación.
Ocurrió cerca de la medianoche del viernes y el hombre se intentó quitar la vida -o lo simuló- con la ingesta de pastillas, informa Irene Quirante. El presunto homicida se encuentra fuera de peligro y está detenido.
En el tercer caso tampoco existían medidas de protección para la víctima, que había roto la relación con el que sería su verdugo. Ella, de 20 años, vivía con su madre, a la que el hombre de 34 años también mató en el mismo acto. Las buscó en su domicilio de Zafarraya (Granada), un pequeño pueblo de la comarca de Alhama. Iba con una escopeta de caza y las ejecutó a quemarropa.
Después de matar a su exnovia y a su exsuegra, de 49, se fue a otra casa y se disparó en la cabeza, según la investigación de la Guardia Civil, informa Laura Velasco. Los hechos habrían ocurrido en las primeras horas del sábado. El hombre no figuraba en el sistema Viogén ni tenía denuncias previas, según la Delegación de Gobierno.
Estos tres sucesos ocurridos en las últimas horas conforman una de las peores jornadas por concentración de casos de violencia de género en España. El criminal de Cuenca fue detenido poco después de encontrarse los cuerpos de las tres víctimas, el de Málaga también fue arrestado luego de confirmar su buen estado de salud y el doble asesino de Granada sí consumó su suicidio, por lo que el caso no tiene más recorrido judicial.
En las próximas horas las autoridades confirmarán si, definitivamente, se trata de violencia de género, como apuntan las investigaciones iniciales, y los asesinos pasarán pronto a disposición judicial para responder por estas nuevas víctimas.