La banda que robaba a ancianos en cajeros de Reus

Los Mossos desarticulan un grupo criminal que utilizaba el método conocido como ‘la siembra’ en varios puntos de Catalunya

21 mayo 2024 09:52 | Actualizado a 21 mayo 2024 10:08
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Los Mossos d’Esquadra han desmantelado un grupo criminal especializado en hacer hurtos a gente de edad avanzada, cuando retiraban dinero de cajeros automáticos de entidades bancarias y que, entre otros municipios, había cometido robos en Reus. Es la primera investigación que los Mossos d’Esquadra realizan bajo la dirección de la recientemente creada Fiscalía de Protección de Víctimas Vulnerables.

El balance del operativo, que se llevó a cabo el pasado 25 de abril, es de cuatro personas detenidas de las cinco investigadas, dos hombres y dos mujeres, de entre 19 y 63 años, como presuntos autores de delitos de hurto, estafas bancarias y pertenencia a organizaciones criminales.

El grupo criminal, formado por cinco integrantes, utilizaba identidades falsas y hasta el momento se ha podido acreditar su implicación con una docena de hechos delictivos a pesar de que no se descartan más. También, se comprobó que no tenían arraigo en el país y que tenían mucha facilidad para moverse y actuar en diferentes lugares del territorio en un pequeño espacio de tiempo. Solo en tres meses cometieron doce hechos delictivos en Argentona, Badalona, Hospitalet de Llobregat, Barcelona, Mataró, Girona y también en la localidad reusense.

La investigación se inició a principios del mes de enero cuando se detectó un aumento de esta tipología de delitos donde la manera de actuar de los autores era siempre la misma. Gracias a las gestiones de investigación y los indicios recogidos, los agentes comprobaron que todos estos hechos delictivos podrían estar relacionados y que los autores podrían ser los mismos en todos los casos.

Las cámaras de seguridad

Las indagaciones y las imágenes grabadas por las cámaras de seguridad de las entidades bancarias permitieron atribuir los hechos delictivos a un grupo de cinco personas, tres hombres y dos mujeres.

Su modus operandi era siempre el mismo, el método conocido como la siembra: los autores, que siempre actuaban en grupo, aprovechaban que la persona de edad avanzada estaba retirando dinero de un cajero automático para observar el PIN que introducía. Inmediatamente tiraban un billete al suelo diciéndole que este era suyo. Cuando la víctima intentaba cogerlo del suelo, uno de los investigados le sustraía la tarjeta o libreta bancaria del cajero y se desplazaba a uno próximo para extraer dinero o realizar compras fraudulentas en establecimientos comerciales. Otros miembros del grupo distraían a posibles personas que podían ser testigos de los hechos.

Los investigadores consiguieron acreditar que los cinco investigados conformaban un grupo criminal, muy activo y con carácter estable en el tiempo, que de forma coordinada, realizaban varias funciones específicas con el fin de cometer los hurtos y estafas.

Finalmente, y al observar que este grupo criminal tenía mucha facilidad para moverse por el territorio y que podrían irse de Barcelona en cualquier momento, la Fiscalía de Protección de Víctimas Vulnerables solicitó al Juzgado de Guardia de Incidencias la autorización para realizar entradas y registros a los domicilios de los investigados. En las entradas, que se llevaron a cabo el pasado 25 de abril, se localizaron y detener los cuatro implicados con los hechos y se intervinieron unos 4.000 euros, ropa y complementos característicos que utilizaban en el momento de cometer los hechos por no ser detectados.

La investigación sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones.

Los cuatro detenidos pasaron a disposición judicial el 28 de abril ante el Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de Barcelona.

¿En qué consiste el método de la siembra?

Esta técnica necesita autores con conocimientos interiorizados y específicos, con mucha habilidad, un tipo de espacio concreto donde realizarlo, un perfil de víctima en particular y más de dos autores con roles asignados para llevarlo a cabo. Concretamente, los autores seleccionaban a la víctima, desde fuera del establecimiento o en el interior, a la espera de que esta realizara alguna operación en alguno de los cajeros automáticos de la entidad bancaria con su tarjeta o libreta. Una vez tenían la situación idónea, actuaban.

Durante la comisión del hecho, otros miembros del grupo distraían a otros clientes y trabajadores de la entidad bancaria para evitar ser detectados y así asegurarse el botín y el éxito del acto delictivo. En la mayoría de casos, los reintegros se producían en cajeros situados junto a donde se encontraba la víctima, cosa que demuestra el alta impunidad y experiencia delictiva con la que actuaban los investigados.

En el momento de actuar, cada miembro del grupo tenía un rol específico. Uno era el observador del código de seguridad de la libreta o tarjeta de la víctima. Otro se encargaba de distraer la víctima tirando un billete al suelo y después le preguntaba si era suyo, mientras el observador le sustraía la libreta o tarjeta del cajero automático. Este mismo, iba a otro cajero próximo o al del lado, y extraía dinero en efectivo con la libreta o tarjeta sustraída y realizaba compras en establecimientos comerciales de forma fraudulenta. Otros miembros se dedicaban a vigilar el entorno por no ser detectados e incluso distraían a las personas del alrededor.

Actuaban tan rápido que eran capaces de realizar diferentes extracciones de dinero en efectivo de la libreta o tarjeta sustraída en el rato que la víctima tardaba al darse cuenta de los hechos. En una ocasión, llegaron a realizar seis extracciones consiguiendo un total de 4.173 euros y en otra, una extracción de 1.000 euros y diferentes compras por un valor aproximado de 3.586 euros.

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