El magistrado del Juzgado de Instrucción número 4 de Reus, en funciones de guardia, ha sido el encargado de evaluar las diligencias que la Guàrdia Urbana de Reus elaboró contra un hombre de 25 años acusado de violencia de género además de otro delito de atentado, resistencia y desobediencia a la autoridad.
El magistrado, según informan fuentes del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC), ha acordado para el investigado libertad provisional con cargos, con la obligación de pasar por los juzgados para firmar. En el mismo auto judicial se ha protegido a la víctima decretando una orden de alejamiento del acusado.
Argumenta el auto que no hay signos de agresión (paliza) a la víctima (amparados por un informe forense) y que la mujer declinó dar su versión de los hechos ni denunciar al presunto agresor.
Sí que consideró -tras escuchar otros testigos- que era oportuno activar medidas cautelares de protección y poner en marcha una orden de alejamiento. Pero ante la falta de otras pruebas, el magistrado consideró que debía dejarlo en libertad con cargos.
La orden de alejamiento significa que ambos no podrán compartir piso en el número 5 de la calle de La Lleona, donde este martes por la mañana hubo una presunta agresión del imputado a una mujer, su pareja, que tuvo que salir al balcón a pedir ayuda y tirar las llaves a la calle para que alguien la socorriera ante el miedo que tenía de que los golpes recibidos fueran a más.
La víctima fue rescatada por la Guàrdia Urbana de Reus, que entró en el piso gracias a las llaves y detuvo al hombre de 25 años. Las dificultades de la detención se vieron reflejadas en la forma en la que sacaron al joven de la vivienda: esposado de pies y manos.
Durante el traslado a dependencias policiales, el acusado gritaba que quería un abogado y quería acogerse al habeas corpus (derecho fundamental y, a la vez, una acción constitucional que tutela la libertad personal cuando alguien es privado de la libertad con violación de las garantías constitucionales o legales, o esta se prolongue ilegalmente). No se le hizo caso.
El acusado terminó en una celda de los Mossos d’Esquadra por la tarde. Antes de traspasar al acusado, este pasó el preceptivo reconocimiento médico y los agentes locales elaboraron las diligencias del caso. La víctima, por su parte, también pasó un reconocimiento médico.