Primero se saltó un control policial, después un semáforo en rojo, trató de embestir a un policía local y huyó de forma temeraria a gran velocidad por un paseo marítimo de Cambrils lleno de personas. Cuando realizaron la prueba de alcoholemia a este motorista, dio positivo en alcoholemia.
Ahora, la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Tarragona lo ha condenado a un año y medio de prisión por un delito de atentado a agentes de la autoridad, cinco meses de cárcel y retirada del carnet durante nueve meses por conducción temeraria y bajo los efectivos del alcohol, y finalmente multa de 45 euros por un delito leve de lesiones. Y tendrá que indemnizar al agente con 600 euros.
De esta manera, la máxima instancia judicial de la demarcación ha rebajado sustancialmente la pena impuesta inicialmente por el Juzgado de lo Penal 1 de Reus, que fue de tres años de prisión por el primer delito, así como un año y tres meses de cárcel y 20 meses de retirada de carnet por el segundo, y 90 euros de multa por el delito leve.
De madrugada
El acusado es un ciudadano español de 28 años y con antecedentes penales. Sobre la una de la madrugada del 10 de julio de 2021 conducía un ciclomotor Gilera Runner después de haber ingerido bebidas alcohólicas.
Circulaba por la avenida Diputació de Cambrils a gran velocidad. Al percatarse de la presencia de un control policial a consecuencia de un accidente de tráfico, no aminoró la marcha sino que siguió adelante, saltándose un semáforo en rojo y haciendo caso omiso a un agente de la Policía Local que regulaba el tráfico. Dirigió el ciclomotor hacia el agente, tratando de embestirlo, por lo que este tuvo que saltar hacia un lado para evitar ser atropellado.
A la fuga
El motorista se dio a la fuga, iniciándose una persecución. El acusado circuló a gran velocidad, realizando cambios de sentido en zonas prohibidas y circulando por el carril bici del paseo, en el que había transeúntes y ciclistas.
Finalmente, perdió el control del ciclomotor, cayendo al suelo y siendo detenido por los agentes. Tras serle realizada la prueba de alcoholemia, dio una tasa de 0,63, el doble del límite permitido. El agente de la policía local que intentó atropellar estuvo diez días de baja.
El encausado ya había sido condenado en 2019 a una pena de seis meses de multa por conducir ebrio, pena que está pendiente de cumplimiento.
El acusado reconocía los hechos, pero pedía su absolución por eximente completa por consumo de alcohol y psicosis aguda.
