Sergi Boada, médico: «Nunca olvidaré el silencio y los rostros en la UCI»

El médico destaca la capacidad de adaptación de los profesionales

05 enero 2021 11:43 | Actualizado a 05 enero 2021 11:46
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«Recuerdo el silencio y los rostros de los compañeros el primer día que bajé a la UCI. Nunca podré olvidarlo». Estas son las palabras de Sergi Boada, actual presidente del Col·legi Oficial de Metges de Tarragona (COMT). Todavía no lo era cuando explotó la pandemia, en marzo. Pero su vida cambió radicalmente. Boada es anestesista, pero desde el año 2012 coordina la Unitat de Dolor Crònic del Hospital Joan XXIII. Cuando la Covid-19 irrumpió en nuestro día a día, el servicio que dirige cerró y Boada pasó a realizar las funciones de anestesista en los quirófanos. 

Boada relata que se dio cuenta del alcance de la tragedia cuando empezó a mandarse mensajes con sus colegas médicos de Italia. «Fue entonces cuando vi que el problema sería que las UCI se colapsarían, que no contábamos con tantas camas ni tantos respiradores. Viendo cómo estaba Italia, tenía claro que después nos tocaba a nosotros. Estamos al lado», comenta Boada. 

Asegura que la pandemia también ha traído cosas buenas. «Destacamos la capacidad de readaptación, de saber actualizarnos diariamente con los protocolos. También el descubrir nuevas formas de tratar a los enfermos, como es el caso de la telemedicina. Y, finalmente, destacar la interacción que hay actualmente entre médicos, autoridades y científicos. No deberíamos perderla nunca», concluye Boada.

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