Cuando el reusense Ricardo Mor inició los estudios de Filología Inglesa, parecía que su futuro pasaba por el ámbito académico. Pero, de repente, el rumbo cambió cuando tuvo la oportunidad de trabajar durante tres años como colaborador cultural y lector/traductor de español en la Embajada de España en Seúl, Corea del Sur. «Fue allí, conociendo sobre el terreno el trabajo diplomático, que decidí preparar la oposición» para, finalmente, obtener el título de funcionario diplomático.
Con 64 años, Mor suma ya más de treinta años de experiencia como diplomático. Una profesión llena de retos que le apasiona: «Pone a prueba al diplomático sobre su capacidad de negociación entre diferentes actores internacionales y las distintas idiosincrasias de las poblaciones de los sitios en los que está destinado», relata.
Su carrera es larga, pasándose media vida viajando por países de todo el mundo, siendo destinado en las representaciones diplomáticas españolas en el antiguo Zaire, Canadá, Chile y la OSCE. También en Viena, Austria, donde fue Representante Permanente Adjunto para Asuntos Político-Militares en dos ocasiones. En la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, en Madrid, fue Consejero Técnico en la Subdirección General de Europa Oriental y Director de la División de Tratados Internacionales y Acuerdos No Normativos. En abril de 2015 fue nombrado Embajador en Misión Especial para la Ciberseguridad y, en junio de 2017, Embajador de España en la República del Níger.
Su última incorporación fue el pasado 1 de agosto como titular de la Segunda Jefatura en la Embajada de España en Riad, Arabia Saudí. En su actual puesto, Mor da apoyo al Embajador en todo lo concerniente al seguimiento de la situación política interna, las relaciones exteriores del Reino, en las relaciones con España y la Unión Europea. También se trabaja en la promoción de la cultura española, además de llevar a cabo funciones de tipo consular y de coordinación interna. Como señala, aprovechando los elementos de acercamiento resulta siempre mucho más sencillo interactuar. Por ejemplo, el pasado cultural árabe común con España. Incluso el fútbol, «aunque hay que ser fan del Real Madrid y del F.C. Barcelona a la vez, si no se quiere perder la oportunidad», bromea.
Arabia Saudí presenta una serie de retos. Como señala Ricardo Mor, «tiene en la actualidad un problema serio de imagen en el exterior» a pesar del «ambicioso proceso modernizador económico y social impulsado por el Príncipe Heredero, Mohammed bin Salman Al Saud y su padre el Rey Salmán, con Visión 2030», expone. Pero para la opinión pública occidental, Arabia Saudí «sigue apareciendo como un país cerrado en sí mismo», señala.
Uno de los puntos en los que la Embajada de España ha estado trabajando de forma intensiva es en lo referido a la promoción del turismo. También se trabaja en una estrategia de asociación con el Consejo de Cooperación del Golfo, que pretende mejorar el intercambio en diversos campos de interés común, que incluyen desde medidas de fomento de la confianza y la seguridad hasta compromisos destinados a la protección del medioambiente, entre la UE y los países de la región.
Ante este proceso de modernización, Mor cree que «España debe aprovechar las oportunidades que se presentan». «El reto en el inmediato futuro es obtener nuevos contratos que mantengan nuestra presencia en el país y que sostengan la infraestructura que las empresas españolas han creado en el ámbito del ferrocarril de alta velocidad, red del metro de Riad, etc», añade.
El actual destino de Mor está fijado para dos años como mínimo y un máximo de tres. A pesar de que ser diplomático le lleva lejos de amigos y familiares, espera que aún no sea el último de su carrera. Hace casi veinte años que supera fases de separación con su pareja, André Mijail, que actualmente está destinado en Naciones Unidas en Nueva York. «Se pueden sufrir dificultades, pero también pueden ser gratificantes si hay la oportunidad de compartir la estancia y el trabajo en el país extranjero», dice.