«El funcionamiento de Rodalies no era ni es bueno». Así ha reconocido la consellera de Territori, Sílvia Paneque, que este miércoles ha comparecido en comisión parlamentaria para dar explicaciones sobre el caos ferroviario de las últimas semanas y que ha llevado a los usuarios a unos niveles de «paciencia bajo mínimos», ha dicho.
Paneque, consciente de que se enfrentaba a un campo de batalla beligerante, ha llegado cargada de datos y ha justificado la situación actual por las 183 actuaciones en marcha sobre la red ferroviaria en estos momentos. Estas hacen referencia a trabajos de catenaria, de reposición de activos referentes a la señalización, túneles y trincheras.
Revertir esta situación no será «rápido» ni «ágil». La falta de inversión «estructural» durante muchas décadas hace que en estos momentos haya una red «frágil», que ha provocado que el número de incidencias atribuidas a la infraestructura se haya multiplicado por 2,5 desde 2017. Una situación que ha llevado a los usuarios a pedir soluciones, ya que «son muchos años acumulando problemas».
«Los deberes pendientes se han acumulado desde hace demasiado tiempo», ha lamentado. La consellera ha asegurado en todo momento que su comparecencia no era para «repartir culpas». Sin embargo, durante toda su intervención ha mantenido una mirada estrábica, con un ojo en el retrovisor y el otro mirando el presente y el futuro de un sistema que está recibiendo la inversión más importante de los últimos tiempos a través del Pla de Rodalies 2020-2030.
Cuando este ha llegado a su ecuador, de las 292 actuaciones programadas 157 ya se han ejecutado, lo que representa una inversión económica de más de 2.000 millones de euros, de los 6.300 que se prevén en total.
Uno de los principales retos es aumentar la capacidad de la red actual, que diariamente utilizan 400.000 personas y que si quiere doblar esta cifra en el horizonte de 2030, según lo que está marcado.
La consellera también ha hecho referencia a la reposición del material rodado, que tiene que llegar a partir del primer trimestre del año que viene. Esto comportará para los servicios de Regionals pasar de los 69 convoyes actuales a 75, incrementándose el número de plazas hasta las 19.489, casi 3.000 más que en la actualidad.
Más allá, el Govern mantiene como «obsesión» la mejora de la comunicación. La diagnosis es clara: existe una falta de fiabilidad de la información que reciben los viajeros sobre el estado del servicio, en especial en momentos en los que se registran incidencias sobrevenidas.
«La comunicación debe ser clara y rápida, y los canales de información útiles», ha argumentado la consellera, quien ha asegurado que en estos momentos se está reforzando el Centre Operatiu de Renfe para que todo esto empiece a cambiar.
En la comparecencia, Paneque ha reiterado que el compromiso del Govern de la Generalitat es «construir un modelo ferroviario eficaz y moderno, propio del siglo XXI». Asimismo, ha apelado a la «unidad» política y al «trabajo conjunto» con el resto de partidos. Sin embargo, la consellera no se ha encontrado una mano tendida y tanto Junts per Catalunya, como Aliança Catalana y la CUP le han pedido su dimisión.
La ley del «mínimo esfuerzo»
El representante juntaire, Salvador Vergés, ha sido especialmente duro. Ha cargado contra el Estado por la desinversión «crónica», mientras ha lamentado que las obras que se han hecho «en lugar de poner al usuario en el centro, se hacen bajo la ley del mínimo esfuerzo y el mínimo coste». También ha cargado contra la Generalitat por un traspaso que calificó de «estafa». «Pedimos un plan de choque contundente y eficaz y hoy lo que vemos es más conformismo, más lamento y más sumisión. Se esperaría que defendiera Catalunya y lo que defiende es España», ha concluido un Vergés, a quien la titular de Territori le ha reprochado que hasta el momento su partido no ha dado a conocer ninguna propuesta de mejora
«La responsabilidad de lo que está pasando tiene nombres y apellidos», ha afirmado por su parte la dirigente republicana Esther Capella. La diputada ha pedido a la consellera que «deje de hacer de parachoques de Adif y Renfe», ya que de lo contrario «la responsabilidad la acabará teniendo la consellera de Territori».
Por su parte, David Cid (En Comú Podem) ha exigido que se recupere la figura del coordinador del Pla de Rodalies para poner «orden y mando sobre Adif hasta que no se produzca el traspaso». «El Govern de Salvador Illa se la juega con la vivienda y con las Rodalies», ha sentenciado.
Finalmente, el Partit Popular ha pedido más información de cara a los usuarios, mientras que la CUP lamentaba que «no todo es culpa del gobierno español».
