El sobrepeso y la obesidad infantil, que la Organización Mundial de la Salud define como «una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud», están alcanzando niveles preocupantes en muchos países. «En España, las cifras alertan que esta enfermedad crónica afecta a cuatro de cada diez niños y niñas en edad escolar, entre los seis y nueve años, y es mayor en las rentas bajas», detalla Nancy Babio, miembro de la Unidad de Nutrición Humana de la URV y presidenta del CODINUCAT (Col·legi de Dietistes-Nutricionistes de Catalunya).
Asimismo, en cuanto a la prevalencia en los diferentes países europeos, la experta hace hincapié en que «es superior en las regiones del sur, como España, por lo que deberíamos fijarnos en los países del norte donde la prevalencia es menor». En este extremo, según uno de los últimos informes de la iniciativa COSI para la vigilancia de la obesidad infantil en Europa (European Childhood Obesity Surveillance Initiative, COSI), realizado por la OMS, se encuentran países como Noruega y Dinamarca con una tasa de prevalencia por debajo del 10%.
Enfermedad multifactorial
En cuanto a las causas de esta enfermedad crónica, Nancy Babio detalla que «es multifactorial, es decir, aunque el desarrollo está determinado por la susceptibilidad genética, algunos factores de riesgo son modificables, como la alimentación, la actividad física, el sedentarismo o la calidad y cantidad del sueño, que en mayor o menor medida pueden favorecer el desarrollo de obesidad en los niños».
La prevalenciaAsí, en cuanto a la las pautas alimentarias, la presidenta del CODINUCAT señala que «las bebidas azucaradas se asocian con un aumento del riesgo de obesidad en niños y adultos; limitar su consumo, a través de políticas nutricionales, es una gran iniciativa, como por ejemplo el impuesto a las bebidas azucaradas».
es superior en las regiones del sur, como España, en relación a los países del norte, como Noruega o Dinamarca.
«Las escuelas son un marco adecuado en la promoción de hábitos saludables»En esta misma línea, del sedentarismo dice que «hay estudios que muestran una asociación positiva en el desarrollo de sobrepeso y obesidad, especialmente cuando el tiempo frente a la televisión supera las dos horas diarias»; mientras que del tiempo y la calidad del sueño de los menores hace referencia a investigaciones recientes que «vinculan la alteración de la calidad y cantidad del sueño y el riesgo de desarrollar obesidad en niños y adolescentes.Nancy Babio
Presidenta del Col·legi de Dietistes-Nutricionistes de Catalunya
La obesidad infantil en España afecta a cuatro de cada diez niños y niñas en edad escolarSobre si hay evidencias de que la pandemia de la Covid-19 haya acelerado la prevalencia de la obesidad infantil, la dietista-nutricionista menciona que «se hipotetiza que puede haber afectado en un doble sentido: en algunos casos y en hogares con recursos, el hecho de estar en casa habría mejorado los hábitos alimentarios, a diferencia de aquellas familias con menores recursos económicos, donde habrían empeorado», explica la experta.
Enfermedades asociadas
La alta prevalencia de obesidad infantil también condiciona la aparición, a edades más tempranas, de otras enfermedades. «Hablamos de diabetes, hipertensión arterial o colesterol elevado, entre otras», detalla Nancy Babio.
Por ello, insiste en que «la obesidad es un grave problema multicausal, por lo que se debe abordar de forma integral e intersectorial, y en el que las administraciones públicas deben de ser el eje central, porque de ir por separado, será muy difícil abordar este grave problema de salud pública». En cuanto a si la administración pública hace suficiente para afrontar la epidemia de la obesidad infantil en España, Nancy Babio considera que «las administraciones todavía no han dimensionado realmente el grave problema que supone la prevalencia de esta enfermedad crónica».
Desde la escuela
En esta misma línea, Nancy Babio recuerda que «la prevención es una inversión en salud, por lo que las escuelas son un marco adecuado en la promoción de hábitos saludables, ya que, a su vez, los niños y niñas pueden actuar como modificadores de los patrones alimentarios familiares».
Sobre ello, esta semana el doctor Antonio Escribano, especialista en Endocrinología, Nutrición y Medicina de la Educación Física y el Deporte, ha advertido que «los padres tienen un papel primordial a la hora de ayudar a los niños a establecer rutinas saludables, promoviendo una alimentación sana y equilibrada, limitando el uso de las pantallas, que se ha elevado durante el confinamiento vinculado a la pandemia de la Covid-19, y fijando horarios para realizar determinadas comidas o actividades al aire libre».
Paralelamente, Nancy Babio también defiende que «la intervención de un dietista-nutricionista, en su especialidad de nutrición comunitaria, permitiría reducir y prevenir la obesidad infantil con el apoyo de estrategias y medidas de salud pública integrales y multisectoriales».
Los padres son primordiales para ayudar a establecer rutinas saludablesAsí, recuerda que desde el Col·legi de Dietistes-Nutricionistes de Catalunya «hace tiempo que venimos reclamando la incorporación de los dietistas-nutricionistas en la Atención Primaria para promover la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud», mientras que «medidas como el etiquetado nutricional y las campañas de educación contribuyen a tomar conciencia a la hora de elegir alimentos saludables». Asimismo, en lo relativo a la fiscalidad, se muestra partidaria de aplicar «tasas a productos no saludables, como de reducir el coste de aquellos alimentos más saludables, como las frutas y verduras, para conseguir un aumento de su consumo».
«La restricción conduce al abuso y por ello se debe enseñar y persuadir a llevar una alimentación sana»Sigue explicando que «existe una imperiosa necesidad de reducir la prevalencia y nada mejor que hacerlo en el ámbito escolar, ya que modificar el patrón de consumo alimentario entre los 6 y 9 años permitiría una mejora en los hábitos durante la adolescencia, que a su vez persistirían en la edad adulta».
Nancy Babio
Presidenta del Col·legi de Dietistes-Nutricionistes de Catalunya
Por ello, Nancy Babio dice que «está comprobado que a los niños y niñas no basta con aleccionarlos con charlas, sino que el mejor método es el trabajo en grupo para que se sumerjan en un ambiente que les permita aprender a identificar lo que es saludable y lo que no lo es, y como contenerse con aquello que les gusta, pero que no es lo más aconsejable».
Por último, la presidenta del Col·legi de Dietistes-Nutricionistes de Catalunya recuerda que «a un niño o niña no se le puede prohibir o restringir totalmente aquellos alimentos que no son tan saludables, ya que la restricción conduce al abuso; se debe enseñar y persuadir a llevar una alimentación sana y un estilo de vida saludable».