Josep Altisent (Reus, 1940) es una de esas personas a las que el deporte convierte en ejemplos. Seres que utilizan esta actividad para sentirse vivos y romper con los clichés que muchas veces la sociedad coloca de manera injusta. Son 82 años los que tiene el reusense, una edad que no le ha prohibido disfrutar del deporte al igual que hacía en su juventud. Lo hace además de manera competitiva, siendo considerado uno de los mejores tenistas de todo el país. En el Club Tennis de Valls entrena tres veces a la semana con gente mucho más joven que él. Es su manera de prepararse. Su manera de vivir. «Quiero que sepan que estoy vivo», es su frase más mítica cuando llama al Diari para contar sus habituales éxitos.
Sin embargo, antes de su llegada al tenis hay otro deporte en el que destacó en su juventud. Comenzó jugando a fútbol hasta los 33 años. Fue una carrera por varios equipos de la provincia como La Cava, el Valls, la Pobla de Mafumet, la Reddis… Incluso llegó a pisar la Tercera División en una oportunidad que se dio de una manera un tanto peculiar e inesperada: «Estaba haciendo la mili en Melilla e hicieron unas pruebas y las pasé. Jugué en Tercera con el Melilla y coincidí con jugadores como Donato, que luego jugarían en el Sevilla en Primera División».
Su carrera como futbolista amateur llegó a su fin y ahí comenzó la búsqueda de todo deporte que le permitiera seguir con su actividad. «Soy una persona muy activa y siempre necesito estar haciendo cosas». A los 38 años conoció el tenis de la mano de unos amigos: «Me dijeron que fuera con ellos a jugar y me enseñaron. La verdad es que me gustó y desde un primer momento se me dio bien y comencé a competir en torneos territoriales de veteranos».
El tenis lo combinaba en aquella época con el fútbol para veteranos que practicaba en la Agrupació de Veterans de Valls, hasta que dijo basta. «Llegó un momento en el que comenzaba a jugar gente de 30 años y yo ya tenía 50 y no estaba para esos trotes. Me pasé definitivamente al tenis, que es un deporte con menos riesgo al no haber contacto».
Un palmarés de vértigo
A nivel territorial, Altisent ya era un jugador conocido y que había conseguido ganar los campeonatos de veteranos en las categorías de +45, +50 y +55. Sin embargo, no fue hasta su jubilación del sector de la metalurgia, a los 60 años, cuando pasó a competir de manera autonómica y estatal. Allí comenzó una carrera vertiginosa en la que ha demostrado ser uno de los mejores tenistas del país en la categoría de veteranos.
Su palmarés habla por sí solo: 15 años dominando los Campeonatos de Catalunya, cuatro veces campeón de España, tres veces subcampeón de España, seis veces campeón de España de dobles y acaba de ganar recientemente otro catalán en la categoría de +80. Ahora tiene en mayo su siguiente reto, que será el nacional en la Academia Rafa Nadal. Allí irá defendiendo los colores del club de Barcelona Andrés Gimeno: «Me tuve que ir allí porque aquí en Tarragona no hay clubes con categorías de +70. Es una pena y por cercanía los elegí a ellos».
Su familia le sigue y le apoya de cerca en cada torneo. Los siente a su lado y el deporte también. «Juego al tenis tres veces a la semana y el resto de días salgo a caminar o voy al gimnasio si llueve», afirma antes de repetir su frase que en el fondo es un ejemplo de vida: «Me hace ilusión salir en el Diari porque quiero que sepan que estoy vivo». Josep Altisent, el tenista que ha convertido el deporte en un pilar vital. Un ejemplo para todos.
