No es oro todo lo que reluce en el mundo de los creadores de contenidos para YouTube y sólo unos pocos, los que tienen más de un millón de seguidores, se ganan bien la vida, con unos beneficios anuales por ingresos de publicidad de más de 150.000 euros, según un estudio internacional con participación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
La investigación, que revela las dificultades y la precariedad a la que se enfrentan los creadores de contenidos en YouTube, ha constatado que los creadores que tienen entre 100.000 y un millón de suscriptores obtienen sólo un beneficio medio de unos 15.000 euros anuales.
Según el profesor de Comunicación, Audiovisual y Publicidad de a UAB Òscar Coromina, coautor del estudio, sólo una pequeña fracción de los canales puede esperar ganar un salario decente a través de los ingresos por publicidad, mientras que la popular web de vídeos prospera gracias a la presión económica que ejerce sobre los creadores quedándose hasta un 55% de los beneficios de la publicidad.
Coromina ha participado en el estudio, publicado en Social Media + Society, junto a investigadores de la Universidad de Amsterdam (Países Bajos) y de la Universidad de Tecnología de Queensland (Australia).
El estudio ha analizado cómo los creadores de contenido buscan construir su presencia «online» en diversas plataformas y ampliar las fuentes de ingresos.
Los investigadores examinaron una muestra casi completa de 153.000 canales «profesionales» de YouTube, cada uno con al menos 100.000 suscriptores a finales de 2019.
El análisis de las URL halladas en 137 millones de descripciones de vídeos proporcionó conclusiones sobre las estrategias de monetización y 'networking' utilizadas en la economía de los creadores, que destaca por su dinámica global y a gran escala.
Según el estudio, los canales que tienen entre 100.000 y un millón de seguidores son 138.284 y generan una media de 16.346 dólares estadounidenses (15.022 euros) de beneficio anual.
Los 14.969 canales que se sitúan entre uno y diez millones de seguidores generan una media de 165.892 dólares (152.454 euros) anuales, y, según el estudio, solo existen 517 canales en el mundo con más de diez millones de seguidores, que generan una media de 1.707.446 dólares (1.569.143 euros) anuales.
El estudio destaca el concepto de la «curva aspiracional», que representa la distribución del éxito en el mercado de los creadores, donde sólo una pequeña fracción de los canales puede esperar ganar un salario decente a través de los ingresos por publicidad.
Dentro de la muestra de 153.000 canales con al menos 100.000 suscriptores cada uno, la mayoría de los 'youtubers' se encuentran en los niveles inferiores de esta curva, con una inversión laboral orientada hacia el futuro que rara vez se materializa y viéndose obligados a diversificar sus fuentes de ingresos.
El informe concluye que YouTube prospera como un sistema de medios altamente desigual, gracias a la presión que ejerce sobre los creadores: para optimizar la visibilidad de los vídeos, que depende del algoritmo de la plataforma, y poder generar así más beneficios publicitarios, el creador se ve en la necesidad de generar un determinado volumen de contenidos y con una determinada frecuencia.
Como ejemplos, Coromina explica que «un medio de comunicación grande como RTVE emplea a mucha más gente en España que YouTube», y reflexiona que «el sistema universitario es mucho más eficaz en cuanto a generación de riqueza y de trabajo que YouTube».
El estudio también ha constatado diferencias en las prácticas de monetización y networking según su ubicación geográfica y categorías de contenido.
La economía de los creadores en países como India, el mayor productor de vídeos en la muestra, o China, presenta características diferentes en comparación con el mundo occidental, donde es más común utilizar enlaces que acompañan a los vídeos para intentar explotar otras redes sociales.