Cerca del 10% de los pasos de cebra de Reus no cumplen los requisitos de accesibilidad. El problema, en concreto, no está en los pasos en sí, sino en los denominados vados peatonales: la parte rebajada que salva el desnivel entre la acera y la calzada, la pequeña rampa en la que acaba el bordillo.
El distrito 10, que abarca varios polígonos y toma núcleos de viviendas como Jardins de Reus y Mas Carpa, es el que está peor. En esa zona, una cuarta parte de los pasos no son accesibles. En la otra cara de la moneda, los distritos 7 –probablemente por ser Mas Iglesias un barrio de relativamente nueva construcción– y 9 –Urbanització Sant Joan, Gaudí, carretera de Castellvell– concentran un mayor volumen de vados en mejor estado, más del 30%.
Así se desprende de la radiografía que elaboró el Ayuntamiento coincidiendo con la redacción del nuevo Pla de Mobilitat Urbana (PMU). Esta, de entrada, analiza la presencia de pasos de peatones en los cruces del municipio y determina que el distrito 9 es el que más aceras inconexas tiene. La mayoría de los pasos de cebra con los que cuenta Reus son los convencionales en calzada, mientras que los elevados, en los que el paso queda a la misma cota que la acera, resultan residuales.
Para valorar la accesibilidad, el estudio se rige por la Orden TMA/851/2021, que establece las características a las que los vados peatonales deben ceñirse para que toda la población pueda usarlos sin dificultades ni peligros. Entre estas condiciones figura que el diseño de la parte rebajada se resuelva a mediante hasta tres planos inclinados, ofrezca un ancho mínimo de 1,8 metros, la diferencia de altura con la calzada no supere los 4 milímetros, las pendientes sean suaves, no existan aristas y se incorpore señalización táctil para las personas con discapacidad visual.
«Hay bastantes que son excesivamente altos»
¿Qué pasa cuando alguno de esos puntos falla? El secretario del colectivo Diversidad Funcional Reus, Antoni Pujol, defiende que «todo debería estar más o menos adaptado». «Muchos pasos de peatones son excesivamente altos. Para bajar, no pasa nada. Pero, de subida, se hace imposible y yo alguna vez me he caído de espaldas», relata.
«Hay bastantes zonas que están mal. En Mas Abelló hay uno donde el reposapiés rasca en el suelo y, como este, muchos», precisa. Y recuerda que «el de los pasos es un inconveniente grande porque, si no podemos utilizar la rampa, tenemos que dar vueltas hasta encontrar una que nos permita cruzar». El Diari recogió también recientemente la queja de vecinos del barrio Niloga por un paso resbaladizo.
La observación del PMU habla de vados accesibles cuando siguen a rajatabla estos preceptos y vados parcialmente accesibles cuanto no tienen pavimento táctil pero sí el resto de elementos.
Por otra parte están los vados practicables, que «presentan carencias leves» y «cuya geometría, pese a tener la intención de proporcionar un espacio seguro, no es adecuada y complica el uso por mal diseño, una pendiente pronunciada u obstáculos». Finalmente, se abordan los no accesibles, definidos por la «total falta» de adaptación y el «acondicionamiento es muy necesario». En Reus, estos últimos suponen uno de cada diez.
En este aspecto, el análisis habla de panorama «heterogéneo». Y destaca que los distritos 3 –Fortuny, Ferrer, Monestir– y 8 –Aigüesverds, Immaculada, Sol i Vista, Clarisses– presentan «entre un 10 y un 15% de vados peatonales no accesibles y un porcentaje similar de vados practicables». Y en los distritos 1 –Cas Antic, Mercat Central–, 4 –Carrilet, Horts de Miró– y 5 –también Horts de Miró, Muralla–, «más del 90% de los vados están en condiciones de considerarse accesibles o parcialmente accesibles».
Tras una protesta del grupo Diversidad Funcional Reus, este viernes, el alcalde accidental, Josep Baiges, y la concejala responsable de Drets Socials, Anabel Martínez, invitaron a la entidad a acabar de constituirse e integrarse en el Consell Municipal de la Discapacitat, que renovará pronto sus miembros para retomar su labor. «Hay que trabajar de manera conjunta con gente que conoce la problemática en el día a día», apuntaron.
