La agresión de la perra Kiara, un American bully (raza catalogada como perro potencialmente peligroso), sigue dando de hablar tras la primicia adelantada por el Diari de la agresión a un hombre de nacionalidad senegalesa en la madrugada del 12 de septiembre en la calle Sant Joan de Reus, a la altura de la calle Santa Teresa.
El animal, tras la agresión en los genitales y una mano del hombre, fue llevado a la casa de sus propietarios esa misma noche con el permiso de la Guàrdia Urbana de Reus, que levantó acta del incidente. No fue hasta dos días después que agentes del cuerpo policial y de la protectora Última Llar se personaron en casa de los propietarios para coger al animal. En todo momento hubo colaboración de sus amos que entregaron a Kiara pensándose que sólo debían censarla para volver a tenerla en su hogar.
Mientras la perra se reubicaba en una jaula individual de L'Última Llar para cumplir con el protocolo (había mordido a una persona y había que descartarse que pudiera tener la rabia y, por otro lado, era un ejemplar de una raza potencialmente peligrosa), la víctima había pasado por el quirófano por un desgarro importante en el pene y con riesgo de perder parte de los genitales.
La víctima presentó denuncia ante la Guàrdia Urbana de Reus y explicó su versión de lo ocurrido. Su punto de vista nada tenía que ver con la declaración de la propietaria del animal, que intentó argumentar que el perro se había marchado con sus amos y que podría ser de un sin techo.
Los propietarios han intentado en dos ocasiones ir a recogerlo a la sede de L'Última Llar. La segunda vez, con presencia de la Guàrdia Urbana en las instalaciones, se les explicó a los dueños que aunque Kiara tuviera chip y lo acabaran de censar en Reus, el animal carecía del documento que acredita que se está en posesión de un animal de raza potencialmente peligrosa. Y este es el documento que permitiría que la perra estuviera con sus amos de nuevo, si el juez no ordena lo contrario.
A partir de su estancia en L'Última Llar la noticia se ha centrado en el estado de salud de Kiara. Según la ONG Nova Eucària, el perro está desnutrido y mal cuidado y por ello piden la custodia hasta que se resuelva el asunto.
La misma entidad animalista afirma hoy que "se ha tenido conocimiento de la decisión del Juez de archivar el Procedimiento de Diligencias Previas 1270/2018 en el que se investigaban los hechos acontecidos el 12 de septiembre de 2018, que motivó el decomiso -por parte de la Guàrdia Urbana de Reus-, de Kiara, una perra de raza American Bully".
El Ayuntamiento de Reus y la protectora desconocen si la información de la ONG es cierta, pero en todo caso, recuerdan que la perra no puede moverse de las instalaciones hasta que tenga el preceptivo documento de animal de raza potencialmente peligrosa.
La ONG explica que "esta decisión de archivo, si bien pone de manifiesto que no existe delito de lesiones, y que la perra no es “cupable” de haberse defendido de una agresión de la que fue víctima, deja desemparada a Kiara, dado que el Juez no tiene competencia para poder acordar nuevas medidas cautelares, que permitan poner en libertad a Kiara y a Nova Eucària de recuperarla".
'Tiene comida y agua suficiente'
La acusación hacia la desatención de la perra ha molestado a los responsables de L'Última Llar y a las personas que están al cuidado del animal, que en ningún momento le ha faltado de nada. El Diari ha hablado con la protectora y ésta ha explicado que desde su llegada, hace 15 días, tiene comida y agua suficiente para un animal de esta envergadura y recibe tratamiento médico en pastillas y no inyecciones para evitar que pueda reproducirse un ataque hacia alguna de las personas que la atiende. Además, añaden que "la perra no se ha mostrado agresiva desde su llegada, si bien se toman medidas de precaución para evitar cualquier susto".
Nova Eucària insite en que pondrá en conocimiento de la Guàrdia Urbana de Reus que ya no existe motivo alguno para continuar con el decomiso, que además el cambio de propietarios del animal, garantiza sus cuidados y bienestar, y que por lo tanto debe acordar su devolución (fin del decomiso) lo antes posible, para salvaguardar los derechos del animal.
Fuentes municipales exponen que el animal carece de la documentación en regla que se exige a todos los dueños de perros de razas potencialmente peligrosas. Sólo con ésta, y si el juez así lo permite, los propietarios podrán recuperar a Kiara.
Nova Eucària concluye su comunicando asegurando que está estudiando interponer una denuncia contra L’Última Llar, en la que pida como medida cautelar que se le de a Kiara, para garantizar que este bien cuidada hasta que pueda regresar con su familia.
La protectora, que ya tiene varias denuncias de la entidad, considera que la ONG ha aprovechado el decomiso de este perro para seguir atacando su trabajo y que desmienten todas las acusaciones de mala praxis vertidas por Nova Eucària. Mientras, la víctima del mordisco en los genitales sigue recuperándose de las graves heridas sufridas.