El alcalde de Reus, Carles Pellicer, quiere que el Raval de Santa Anna sea completamente peatonal el año que viene. De hecho, Pellicer aseguraba ayer que la prueba piloto iniciada esta campaña de Navidad está siendo positiva y que «los ciudadanos cada vez están más a favor», en referencia a las críticas surgidas desde algunos comercios de la zona.
En la actualidad, ya está en marcha la redacción de un proyecto de reformulación del espacio para que sea de uso exclusivamente peatonal. La voluntad del alcalde es poder aplicar sus conclusiones, previstas para el próximo mes de febrero, cuanto antes y dejar el arrabal a un solo nivel a lo largo de este año.
En esta línea se pronunció ayer el alcalde de Reus durante el tradicional almuerzo navideño que organiza todos los años con los medios de comunicación que siguen la actualidad municipal. No obstante, descartó que en los próximos años se pueda extender la misma acción en otros arrabales, tal y como ya ha expresado en alguna ocasión que le gustaría hacer. «Queremos una ciudad sostenible. Además, nadie entendería que hoy en día circularan coches por las calles Llovera y Monterols», manifestó.
Otro de los proyectos que destacó durante el encuentro fue la necesidad de construir la piscina municipal al lado del Pavelló Olímpic y que esté lista en el año 2023. De hecho, adelantó que en las próximas semanas empezarán los trámites para captar la opinión de las empresas sobre el proyecto. En este sentido, también subrayó que la ciudad es la única de su tamaño de toda Catalunya que no tiene una piscina municipal cubierta. El proyecto presentado en su día, y que servirá como punto de partida, contemplaba un complejo deportivo con una piscina, que no sería de competición, una zona de aguas y un gimnasio.
Presión fiscal baja
Para terminar, Pellicer también quiso pronunciarse para negar que la presión fiscal que hay en Reus sea de las más altas de Catalunya. Para ello se refirió a un informe elaborado por el propio gobierno municipal, el cual destaca que la ciudad está por debajo de las cuatro capitales catalanas y los principales municipios de la demarcación.
Según explicó, mientras que la presión fiscal en Reus sería de unos 736,9 euros de media, en las cuatro capitales la media sería de 865,5 euros. Por contra, la media entre las principales ciudades de la demarcación subiría hasta los 988,2 euros. En función de estos cálculos, la presión fiscal sería un 20% más baja en Reus que comparada con el resto de municipios mencionados.