Luis Herrador (27 años, Castellón) cursa sexto de Medicina en la URV y se está preparando para el MIR. A partir de junio, se embarcará en «siete meses intensivos, con doce horas de estudio diarias, de lunes a viernes, simulacros los sábados y descanso en domingo» para conseguir el mejor lugar posible en el examen, que se celebrará en enero. Quiere especializarse en Medicina Familiar.
¿Por qué Medicina?
Empecé a estudiar Biotecnología en Valencia pero, hacia tercero, vi que lo que me gustaba más era la parte clínica de la medicina. Volví a hacer la selectividad, obtuve la nota y entré en Medicina. Ahí descubrí mi pasión. Tuve que equivocarme para darme cuenta de lo que realmente me gustaba.
¿Y por qué Medicina Familiar?
Porque, al final, es un compendio de casi todas las especialidades. Puedes estar en contacto con el paciente durante toda su vida, con su familia, seguirle, conoces su parte psicosocial. No ves una enfermedad sino la enfermedad dentro de la persona. Además, es una especialidad muy completa y te permite llegar hasta donde tú quieras. Por ejemplo, si te quieres formar en hacer ecografías o en manejar la parte de dermatología, puedes. A menudo se minusvalora, pero es la especialidad que mejor representa la figura del médico que tenemos todos en la cabeza.
A mitad de los estudios, irrumpió la Covid. ¿Cómo lo ha vivido? ¿Qué escenario va a encontrarse?
Creo que la Covid, al final, va a ser una enfermedad infecciosa respiratoria, como hay otras. Espero que sea así, que podamos acabarlo normalizando. Contamos con la vacuna, con el despliegue que hicimos para hacer test y PCR. Pienso que tenderemos a convivir con esto, que no cambiarán mucho las cosas. No es por el hecho de que sea la Covid sino porque se trata de una enfermedad nueva que no sabíamos muy bien qué hacer con ella y no contábamos con un protocolo. Como médicos, tenemos que conocerla para saber manejarla.
¿Qué quiere aportar cuando ejerza?
Un servicio a la sociedad. Pienso que es una profesión altruista y se trata de devolver todo lo que la sociedad ha invertido en uno, en un montón de años de educación, en unas prácticas, y contribuir a la salud. También por eso me gusta Familia, por cuidar a la comunidad, anticiparse un poco a las enfermedades que pueda haber, eliminar factores de riesgo y contribuir a que tengamos vidas más funcionales y más felices.
La situación en la que está la sanidad, ¿le asusta?
Es un tema que hay que resolver. Sobre todo, como MIR sí que es cierto que hay que subir los sueldos porque se están cobrando 1.000 euros y no puede ser que eso sea el salario mínimo. Hemos estudiado seis años, pasamos una oposición muy dura y tenemos una carga asistencial grande, jornadas muy largas, guardias de 24 horas y no es justo que haya sueldos tan bajos. Tengo muchos amigos que se han marchado al extranjero porque, aquí, el reconocimiento por parte de las administraciones no es el que debería. Por parte de los ciudadanos, la verdad es que ellos sí saben que tienen buenos médicos.
Al médico de familia, que nos resuelve casi todo, es a veces al que menos valoramos.
El 90% de las consultas se hacen en atención primaria y ellos son los que mayormente solucionan las cosas o bien deciden a quién derivarte y cuándo hacerlo. Y mucha gente cree que son médicos que no tienen una especialidad. No es así, la especialidad de Medicina Familiar lleva ya décadas y son médicos iguales que los que te puedes encontrar en un hospital.