Los cambios registrados en los últimos tiempos en el seno de la sociedad implican también una importante transformación de nuestras ciudades, que afrontan una serie de retos para avanzar y ofrecer una mayor calidad de vida a los ciudadanos. Incidir en estos desafíos y en las posibles formas de encararlos y abrir el debate es el ‘leit motiv’ de la serie de reportajes que el Diari está llevando a cabo desde hace tres domingos, poniendo sobre la mesa la necesidad de mejorar la gestión y la gobernanza.
Si en el primer capítulo hablábamos de que la planificación, la transparencia y la participación eran las claves de los gobiernos abiertos, el paradigma bajo el que deben gestionarse las ciudades no del futuro, sino del presente, en la segunda entrega nos centramos en los principales retos que afrontan las urbes y que aparecen recogidos en la Carta de Leipzig sobre las Ciudades Europeas Sostenibles, centrados en tres dimensiones –la económica, la social y la medioambiental, además de la digitalización–.
El tercer episodio de la serie se centró en la ciudad de Tarragona, en sus retos y en las diferentes recetas que una serie de expertos y miembros de la sociedad civil proponían para su abordaje, siendo la necesidad de contar con un modelo de ciudad y un plan estratégico uno de los aspectos más acuciantes para la capital.
Es este un punto que, en comparación con la capital de la provincia, Reus tiene a su favor, toda vez que esta ciudad posee cierta tradición de elaborar planes estratégicos a diez años vista y, de hecho, ya ha dibujado el diseño de la ciudad de cara a 2032, en un trabajo en el que durante meses han participado representantes de los diferentes sectores que conforman la sociedad civil de Reus.
No obstante, esta ciudad afronta una serie de retos –algunos, comunes a otras ciudades; otros, propios de la idiosincrasia de esta urbe– que merecen ser analizados y abordados para facilitar y mejorar la vida de los residentes en Reus. La movilidad, la revitalización del comercio, el acceso a la vivienda, la creación de empleo o avanzar hacia una ciudad inteligente son algunos de estos desafíos.
Vivienda protegida y priorizar la regeneración frente a la expansión
Crecer en vivienda social e incrementar también, en general, la obra nueva son dos metas para Reus. El Pla Local d’Habitatge 2022-2027 promete 300 pisos asequibles en cinco años. En este sentido, «es evidente que la ciudad necesita un parque público potente y en propiedad», valora el presidente de la Associació de Promotors de Catalunya en Tarragona, Daniel Roig, que dice que «para lograrlo hay que pensar, sin exagerar, a 20 años vista y es necesario un gran pacto de ciudad con los partidos para destinar anualmente recursos a ello».
En cuanto a la vivienda libre, «hay que tener en cuenta que Reus es un municipio en el que la gente quiere instalarse». «Si no se construye, se tensionarán aún más los precios. Hace 15 años que no se abre una calle completa nueva y los deberes para crecer no están hechos porque se optó por una política de rellenar espacios vacíos», indica Roig. Un 30% del salario o más es lo que dedican la mitad de las familias reusenses al alquiler y en el mercado no hay oferta por debajo de 450 euros.
Pero, ¿hacia dónde debe expandirse la ciudad? Lo evidente es el sur. Y Roig concreta que también «hay sectores en el norte y el oeste».
El arquitecto, profesor e investigador Juan Manuel Zaguirre levanta la mirada y dice que «los retos de alcance global deben ser considerados también como prioridad en la definición de la idea de ciudad. La emergencia climática, la crisis energética y la económica, la revolución tecnológica y la justicia social señalan, hoy, las prioridades de las agendas urbanas».
Reus «está obligada a integrar estos objetivos» y «me consta que así lo está haciendo». «Hemos de habituarnos a trabajar en base a proyectos y tendencias urbanísticas más contemporáneas como, por ejemplo, la reprogramación de tejidos postindustriales, actuar sobre la obsolescencia urbana, mejorar la adaptabilidad del espacio público y su movilidad y potenciar los soportes ecológicos que vinculan ciudad y territorio», añade. «Por el contrario», expresa Zaguirre, «debemos evitar, en lo posible, planteamientos centrados en crecimientos expansivos» y «reivindicar la regeneración».
Más presupuesto en cultura para activar bibliotecas y centros de arte
«Duplicar el presupuesto en cuatro años, recuperar los convenios con entidades y asociaciones desde el Institut de Cultura y poner direcciones artísticas al frente de los teatros municipales» son solo tres de las claves en las que debería fijarse la administración local para «recuperar la cultura» tras «años de presupuestos rebajados y bajo mínimos».
Así lo entiende el exconcejal y expresidente del Centre de Lectura de Reus Xavier Filella, que subraya una cuestión: «Sin financiación, es muy difícil hacer cualquier cosa». «La capitalidad cultural está, hay unas bases. Pero no es algo que se declare, hay que ejercerla. El Ayuntamiento debe dinamizarla. No se puede programar sin fondos», valora.
Filella analiza el detalle de la realidad reusense y llama a «abrir la Biblioteca Pere Anguera todo el día y no solo a ratos, incrementar la programación de espectáculos y conciertos por la Festa Major y Barraques, aportar más recursos y personal al CIMIR y asignar una dirección artística y un presupuesto propio al Centre d’Art Cal Massó». No solo eso. «Volver a dotar económicamente los premios del Festival Memorimage, aumentar los presupuestos del Festival Trapezi y el Cos para restablecer su alcance nacional y redactar los proyectos de un nuevo Museu Municipal y de la Casa de la Festa Major» completan el decálogo de Filella.
Sobre la conversión del antiguo Bravium en un teatro municipal, la gran cuestión sobre la mesa en este ámbito, señala que «el Ayuntamiento debe tenerlo en propiedad y la apuesta debe ser a todas».
La presidenta del Círcol de Reus, Patrícia Terradellas, por su parte, identifica tres aspectos con margen de mejora, aunque «en varios ya se está progresando». «Reus debe tener diversidad de disciplinas artísticas», expresa, y añade que «la cultura debe salir a la calle, más allá de teatros y museos, y acercarse a la gente. Y un ejemplo fantástico de esto es el Trapezi».
Por último, «tenemos que abrirnos al mundo. Por supuesto, la cultura local debe estar. Eso son nuestras raíces. Pero hay que tener visión cosmopolita». Un 16% de las empresas del sector cultural de la provincia están en Reus. Son 169, unas 50 menos que en Tarragona, según datos del Ayuntamiento.
La transformación digital requiere captar y retener el talento
Tras Barcelona, Reus es el área urbana de Catalunya con más ocupación en el ámbito TIC: un 2% frente al 3,4% de la capital catalana. Preguntado sobre hacia dónde debe encaminarse la transformación tecnológica en la ciudad, el clúster mánager del Clúster TIC Catalunya Sud, Sergi Novo, lanza un ejemplo y traslada la cuestión a ChatGPT. Y el sistema de inteligencia artificial contesta: «Las ciudades del futuro se caracterizarán por su capacidad para integrar la tecnología y los datos de manera inteligente para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos y lograr una gestión más eficiente y sostenible de los recursos».
Novo lo pone en contexto. «La conectividad es básica. Cada vez conectamos más cosas a internet y generan datos que hay que interpretar», comenta. Además, «la tecnología servirá para almacenar energía», «habrá una tendencia hacia el transporte público» y «en pocos años se dará un boom de la inteligencia artificial»; «ya nos parece normal que un semáforo cambie a verde si no viene nadie y veremos muchas más cosas. La gente deberá aprender habilidades más avanzadas y habrá que acompañar a quien lo necesite».
Reus «juega un papel importante en esto porque lleva años haciendo una gran apuesta por la tecnología y hay muchas empresas interesadas en venir», precisa Novo. «Tenemos mucho potencial y la pieza clave será el talento y saber retenerlo», indica, así como «involucrar a las empresas locales en el desarrollo».
El CEO de Startsud Studio, Marc Arza, precisa que, en el ámbito tecnológico, «en Reus hay un par de multinacionales con unos cientos de trabajadores. Si ampliamos el foco, aún serían algunas más. Aparte, tenemos unas docenas de empresas locales. Y tenemos la URV, la FP o el clúster. El reto está en el talento».
Del peso que se debe dar a la smart city, Arza opina que «no en Reus, sino como región, fue una apuesta que hicimos con fuerza, se diluyó y debe recuperarse». «Tener Ayuntamientos optando por eso hace que empresas colaboren en las soluciones locales», valora, y recuerda que «por ejemplo, los Bons Reus no tienen una gran complejidad tecnológica, pero tienen su sistema y lo hizo una empresa local. Y la iniciativa se ha expandido».
La renovación comercial: redes sociales, zonas peatonales y APEU
El tejido comercial cuenta hoy con 1.283 negocios dados de alta, unos 200 más que hace cinco años e incluso algunos más que antes de la Covid, según datos del Observatori Socioeconòmic municipal. «Las tiendas de proximidad, las más antiguas, conservan el ADN», valora el presidente de Pimec Comerç Tarragona, Florenci Nieto, que destaca que el reusense es «un comercio con clase, distinción y elegancia en el que muchos quieren verse reflejados. La gran manzana mira a Reus, que en esto es una capital».
Para no quedarse atrás, «es vital que se adapte a los nuevos comportamientos: debe responder a la falta de tiempo de los usuarios, que ahora priorizan la familia y el ocio». «La gente busca los productos en las redes sociales y luego va a tiro fijo a la tienda. Sobre todo a los jóvenes, no les gusta dar vueltas», señala Nieto.
Si el futuro de los establecimientos pasa por cuidar su dimensión digital, en cuanto a la física «las ciudades deben estar mucho más abiertas, con calles amplias y peatonales y aparcamientos disuasorios para disfrutar del entorno. Hay que apostar por la tecnología y reducir la contaminación. Una bolsa de plástico tarda cientos de años en deshacerse; no tiene sentido seguir con ellas», apunta el presidente Pimec Comerç.
Justo este abril culminará la peatonalización del Raval de Santa Anna, parte de los planes para dar preferencia al viandante en el centro. Pero el sector no para y El Tomb de Reus trabaja ya en la primera área de promoción económica urbana (APEU). El presidente de la entidad, Jacint Pallejà, explica que el modelo «llegó para quedarse» y «en el mundo hay 2.500 APEU funcionando; no seremos la excepción».
En el Reus que vendrá, ve respeto hacia la iniciativa privada, promoción de los productos agroalimentarios, la Estació Enològica transformada en un meeting point turístico y más mimo para el territorio y el cliente local. Iniciativas estrella en los últimos tiempos, como los Bons Reus, «fueron una buena medicina y las medicinas se aplican solo si es necesario». El aval para los próximos tiempos será «la capacidad de ajustarnos a lo que pide el cliente», concluye Pallejà.
La estación de tren de Bellissens, la implantación de la ZBE y un ‘bicing’
La estación de tren de Bellissens –11 millones de presupuesto, previsión de puesta en marcha en 2025–, la intermodal, 30 kilómetros más de carril bici y un nuevo plan director para el Aeropuerto de Reus asoman en el horizonte. Sin embargo, «no hay que poner el acento tanto en las infraestructuras sino en los servicios», indica Daniel Pi, portavoz de la Associació de Promoció del Transport Públic (APTP).
Que el coche deje de ocupar una posición central en la movilidad, preparar la ciudad para los desplazamientos a pie, aportar seguridad a los trayectos en bici y alcanzar la intermodalidad son, bajo su punto de vista, los grandes desafíos del municipio.
«Además de tener buenas infraestructuras ferroviarias, con Bellissens en el sur, y una estación intermodal con alta velocidad y trenes convencionales, los operadores deben prestar un servicio frecuente y rápido», valora Pi, que dice que, en un escenario óptimo, «también tendríamos un tranvía muy bien integrado en la red de Reus y que nos lleve fácilmente a la costa y a Tarragona». En cuanto al transporte público por carretera, el portavoz de la APTP considera que los autobuses deberían «superar lo municipal» para dejar de distinguir entre urbanos e interurbanos y «conectar con lo ferroviario». Del coche, Pi sostiene que la relación con este debería cambiar, perdiendo estatus para la gente joven gracias a que «cada vez se necesitase menos».
La ciudad en 15 minutos podría incidir en este sentido. Además, «si queremos descarbonizar, no podemos tener coches», destaca, pese a que «Reus no tiene problemas de contaminación, ventila bien». La zona de bajas emisiones ya tiene proyecto técnico.
A las puertas del despliegue del servicio de bicicleta pública compartida, que arrancará este verano con las primeras 250 bicis y varias estaciones, Pi subraya la necesidad de replantearse los tramos de carril existentes, que «tienen un diseño malo: los hay en aceras y, cuando se comparte espacio con el coche, por más que a eso se le llame zona de bicis, es una manera de jugarse la vida». Y los sistemas de bicing «son una buena forma de que las bicis entren en la ciudad, pero los usuarios que las quieren acaban comprándose la suya».
Del traslado de Medicina al encaje entre formación y mercado laboral
Con datos del 2020/2021, en Reus había 683 alumnos cursando ciclos formativos de grado medio o superior. Cuidados auxiliares de enfermería, en grado medio; e integración social, en superior, eran las enseñanzas con más estudiantes, según el Pla Local d’Educació. A las facultades de la URV en Reus acudían 3.273 universitarios entre grado, máster y doctorado; y en ellas se formaban 1.600 reusenses.
Uno de los mayores objetivos en el ámbito universitario se focaliza en el traslado de la Facultat de Medicina al Campus Bellissens. Los documentos previos para la construcción del equipamiento se acaban de dar a conocer: la facultad tendrá 35.000 metros cuadrados, seis plantas, se articulará a partir de módulos y costará unos 80 millones. Aún no hay fondos ni fecha de inicio de obras.
«La facultad tendrá importantes ventajas: permitirá aglutinar al estudiantado en un espacio con todos los servicios de campus. Además, se favorecerá la convivencia hospitalaria y universitaria bidireccional ya desde los primeros cursos. A la vez, habrá una aproximación entre investigación básica y clínica con trabajo multidisciplinar. Y se beneficiará la atracción de talento. Tendremos centros tecnológicos cerca, un estabulario nuevo y posibilidad de nuevos retos docentes», explica la decana de la Facultat de Medicina i Ciències de la Salut, Fàtima Sabench. «Eso facilitará lograr un modelo de parque sanitario de gran envergadura», concluye.
Otro obstáculo a salvar es el del encaje entre formación y mercado laboral. Recientemente, por ejemplo, la Associació de Polígons constataba dificultades para hallar perfiles técnicos, instaladores o carpinteros. El director del Observatori de l’Ocupació de la URV, Ferran Mañé, indica que «la oportunidad de Reus es ir reforzando su especialidad comercial, la industria ligada al Tecnoparc o la agroalimentaria» y ve posibilidades de hacer la FP más atractiva para los jóvenes ya que «hay falta de ciertos perfiles en general».
Pero, para Mañé, el mayor reto de Reus es este: «La ciudad tiene un nivel de población inmigrante alto y los jóvenes tienen un paso por el sistema educativo corto y poco intenso. Mantenerlos en el sistema es importante».