La transformación del barrio del Carme de Reus, anunciada anteayer por el gobierno de Pellicer, fue sujeto de debate ayer en el pleno municipal. Y es que se tenía que aprobar el convenio que la haría, por fin (y después de 15 años de espera), realidad. El punto prosperó con 22 votos a favor y la abstención de los anticapitalistas, que aún ven «muchas incertidumbres» en todo el asunto y solicitaron que se contemple zona verde allí.
El proyecto, que se ubicará principalmente en el aparcamiento de zona azul del barrio y sus alrededores, implica un «gran cambio» para los vecinos. La creación de vivienda social, un aparcamiento subterráneo y un centro de atención primaria (CAP) –que aligerará la actividad del CAP Sant Pere– son los pilares de la transformación, cuya inversión global es de más de 9 millones de euros.
Los partidos de la oposición, a pesar de celebrar este «paso adelante» al cerrarse el convenio a tres bandas entre consistorio, CatSalut e Incasòl, se muestran reticentes y esperan que el cambio, «acabe siendo una realidad». En palabras de la concejala socialista Anabel Martínez, «la transformación comienza ahora, pero ya va con retraso, el convenio es solo un primer paso y pedimos que se haga efectivo, que no quede en papel mojado». La CUP, como se apuntaba al principio, ve aún «muchas incertidumbres» al convenio. «Nos abstenemos. No podemos votar en contra, porque es un proyecto que hace mucho que está estancado, pero no estamos a favor. Hay muchas cosas que podrían potenciarse, como las zonas verdes. Aquí, no nos garantizan un porcentaje mínimo. Además, el desarrollo de esta transformación depende del presupuesto de no uno, sino tres entes distintos», manifestó la anticapitalista Mònica Pàmies.
La portavoz de Cs, Débora García, expuso por su parte que aplauden la futura llegada del CAP, así como la del parking, pero insistió en que «esperamos que al final todo termine, que se haga, por los vecinos del barrio».
El Carme tendrá 70 viviendas nuevas en total, de las cuales 27 serán de protección oficial (PO) y el resto de renta libre. Sobre los pisos de PO, el concejal no adscrito, Raúl Meléndez, solicitó a la concejala correspondiente, Teresa Pallarès –al frente de la cartera de Economia, Coneixement i Habitatge– «más viviendas de protección oficial, porque la necesidad existe y es una realidad, hay que responder ahora».
Sobre la demanda habitacional, Martínez (PSC) terció que «para la emergencia que hay, aún tendremos que esperar unos cuatro años para que la zona se transforme». «La necesidad que hay ahora, de aquí a un tiempo, habrá cambiado. Lo que hay que hacer es trabajar lo más rápido posible», añadió la socialista, quien pidió celeridad también para descargar el CAP Sant Pere.
La concejala de Urbanisme, Marina Berasategui, aseguró a los grupos municipales que el proyecto del barrio del Carme, «se cumplirá, evidentemente». «Conseguiremos tirar adelante todo el trabajo lo como administración actuante que somos. Todas las dudas, que tengan los vecinos de las futuras fases del proyecto, se resolverán. Valoraremos todos los elementos pertinentes para transformar el Carme», distinguió.
Aumentar los CAP en la ciudad
El pleno siguió con las mociones de la oposición, que tuvieron en algunos casos la sanidad como tema principal. Los socialistas, por ejemplo, presentaron una moción, que no tuvo éxito, relacionada con el impulso de equipamientos de salud en la ciudad. «El pasado 9 de enero se reabrió el dispensario médico del barrio Gaudí, gracias a la presión del vecindario con la asociación de vecinos al frente, apoyada después por la Plataforma Ciudadana en defensa del dispensario médico del barrio Gaudí. El gobierno ha tardado casi tres años en reabrir un espacio de salud esencial y esto solo puede ser culpa de la nula capacidad de presión de este equipo de gobierno hacia la Generalitat y, también, de la nula importancia que le han dado desde un primero al dispensario, obviando las constantes reclamaciones del vecindario», expuso Martínez. Entre los acuerdos propuestos, los socialistas pidieron que el Ayuntamiento instara a la Generalitat a iniciar un estudio de demanda para crear un nuevo CAP en la zona norte de Reus. En esta línea, la portavoz de la CUP, Marta Llorens, destacó que «lo esencial es recuperar todo lo que teníamos antes de venir la pandemia y ser conscientes de la alarmante privatización que está teniendo la sanidad».
El concejal de Salut, Òscar Subirats, contestó a Martínez: «Les pedí que, por favor, retiraran esta moción, ya que el primer acuerdo, el estudio de demanda, no tiene base técnica». «En este momento, Reus tiene cinco áreas básicas y la cantidad de población que tiene no exige contar con una más», zanjó Subirats. Otra de las mociones que tuvo en cuenta la salud fue una de la CUP, relacionada con la adaptación de la ciudad al deporte y a la salud pública. Esta moción se votó por puntos, que fueron aprobados en su totalidad.
El resto de mociones, como dos del partido naranja –una relacionada con la adhesión al convenio colaborativo en el intercambio de información y mutua colaboración administrativa en trámites administrativos en proceso de 15 de marzo de 2006, y otra referente a la información de los contratos del Ayuntamiento, empresas municipales y organismos autónomos–, no prosperaron. Otra moción cupaire, relacionada con el carácter rogado de las ordenanzas fiscales y en el ejercicio de transparencia y debate en la reformulación del Pla Estratègic de Subvencions 2022-2024, no prosperó.
La sesión plenaria comenzó con un minuto de silencio en memoria de la concejala Carmina Pozuelo (PSC), finada el año pasado.
