La Reus Viu el Vi ha vuelto a la ciudad y se queda hasta mañana domingo (hoy sábado: 17.30-23h y mañana: 17.30-22h) . La puesta en marcha de la 13ª edición ayer en la plaza de la Llibertat acogió a unas 25 bodegas participantes de lo más animadas. La razón: «Tener contacto con el cliente final». Algunas aterrizaron en la feria reusense por primera vez y formar parte de la Reus Viu el Vi representó toda una puesta de largo. La gran mayoría de productores encuentran el evento «el lugar idóneo para escuchar las valoraciones directas del cliente, ya sea sobre las referencias de vino» como de cava y vermut, ya que también tienen cabida en la cita.
Muchas de las bodegas distinguen las ferias como entornos en los que «hacer contactos, incluso entre bodegas». Estar presentes, dicen, «va más allá de la venta este, es un acto social». Según añadió, además, el director de la Reus Viu el Vi, Jaume Domènech, durante la presentación de la misma, el evento acoge a bodegas de fuera «con el fin de atraer a visitantes de otros municipios». El reto de la presente edición es superar las cifras conseguidas el año pasado, cuando se retomó el evento tras el parón de la pandemia, en el que se llegaron a alcanzar hasta «100.000 catas y más de 13.000 copas vendidas».
El Celler Vilalta Pere (DO Conca de Barberà) es uno de los productores que acude por primera vez a la feria: «Nos registramos en 2019 como bodega y pudimos lanzarnos al mercado el año pasado, la pandemia nos retrasó la puesta en marcha». Desde dicha bodega creen que las ferias son provechosas para «darse a conocer, explicar tu proyecto y los clientes pueden probar tu vino». Consideran, además, que «te puedes rodear de otros agentes del sector, con los que pueden hacer contactos» y que «cada bodega arrastra a su gente, también, allá donde va».
Perspectiva formativa y lúdica
El gerente y enólogo de Mas del Boto (DO Tarragona), Josep Mª Llauradó, destaca que participan en la Reus Viu el Vi desde la primera edición: «Es la feria del público final, de nuestra comarca, mueve a mucha gente, que tanto viene a informarse como a festejar probando vinos». Llauradó considera que la feria «hace el fin de semana diferente y llama la atención de todos, de jóvenes, de enamorados del vino, de personas que, más allá de la feria, no beben vino, etc.».
Magí Baiget, de Cingles Blaus (DO Montsant), aporta que están «muy vinculados a Reus, a pesar de tener los viñedos en Cornudella» y que «esta feria te permite hablar del producto que elaboras y haces de relaciones públicas», es «un punto de encuentro en el que la mayoría nos conocemos». Desde Cellers Maset (DO Priorat, DO Catalunya y DO Cava), bodega que está en la feria desde 2016, Karina Mirete dice que estar presente ayuda a «poner cara a nuestras bodegas y a nuestros asesores vinícolas, del mismo modo que nos ayuda a promocionar nuestros cavas y vinos». Esta feria es una de las «más importantes y potenciales de la zona». Dado que «hay muchas personas que la esperan, es toda una fiesta bien organizada para la gente de Reus y de los alrededores».
La feria suele invitar a una bodega foránea y este año ha sido el turno de Caves Ferret (de Guardiola de Font-rubí, en el Alt Penedès), desde donde Rodrigo Ferret valora «la diversidad de referencias en la Reus Viu el Vi» y afirma que encuentros como este «son la única oportunidad de tener feedback con el cliente, que después puede ir a tu tienda, la feria es clave». Caves Ferret es un negocio familiar con «puntos de distribución en toda la península, en lugares como Madrid y el País Vasco». «Llevamos varias generaciones, mi abuelo empezó con viñedos en 1907, vendiendo el vino a granel y más tarde, mi padre empezó a hacer y vender cava», resume Ferret, quien añade que Caves Ferret «es un sentimiento».