La futura Escola d’Oficis de Reus, cuya ubicación se encuentra en el edificio municipal del Vapor Vell, sigue avanzando hacia su materialización y su creación implica, en palabras del concejal de Empresa, Formació i Ocupació del Ayuntamiento, Òscar Subirats, «avanzar trabajo», porque en el momento en que se tenga listo el proyecto básico y ejecutivo de las obras, «tenemos una tarea ingente en la búsqueda de financiación», entre otras acciones, «para que todo tire adelante».
A día de hoy, «tenemos conversaciones avanzadas con el Gremi de la Construcció del Baix Camp con la idea de activar una prueba piloto, en la que abordaríamos una formación a su medida, de todo lo que el sector necesita».
Esta «primera experiencia» comenzaría «con la implicación de un total de 15 personas» y «la idea sería partir teniendo en cuenta que el centro formativo tendrá espacios dinámicos y polivalentes, un entorno intercambiable que usarán diferentes gremios de oficios».
El objetivo es que, «antes de verano, esta prueba pueda ser una realidad», indica el concejal. A partir de todas estas conversaciones con la entidad de la construcción, «veremos cómo funcionarían los espacios de producción colectiva» de la Escola d’Oficis y, «al poner un sector a hablar, conoceremos qué necesidades se generan».
Preguntado sobre a cuántos estudiantes podría dar respuesta la Escola d’Oficis, el edil expresa que la idea sería «partir de la demanda» de perfiles que se precisan «para incorporarse al mercado laboral en un momento dado y en un sector concreto».
Respecto a la oferta formativa que brindaría la Escola d’Oficis, Subirats afirma que el medio para poder articularla es creando los llamados «espacios de gobernanza compartida, de colaboración pública y privada»: «Es decir, no es la administración quien tiene que decir si faltan a o no panaderos o soldadores, sino que tiene que existir un espacio de interlocución directa entre la administración, con capacidad de hacer esa formación, y la empresa, que tiene una demanda concreta para poder tener personas cualificadas».
Con lo que la Escola d’Oficis albergará «espacios con salas polivalentes para dar formación y cualificación, esa gobernanza tiene que ir ligada a responder las necesidades del tejido productivo; generar lugares de trabajo tiene que ser un instrumento basado en una estrategia, orientado a la realidad laboral del momento».
La Oficina d’Atenció Empresarial, en la Escola d‘Oficis
En el mismo edificio que la Escola d’Oficis, recuerda Subirats, «también estará la Oficina d’Atenció Empresarial, que está pensada para cualquier cosa que necesite el empresario –desde que tiene una idea de negocio y quiere hacerla realidad pasando incluso por orientarlo sobre cómo hacer aquellos trámites que tiene que enviar a la administración».
Òscar Subirats (edil de Empresa, Formació i Ocupació del Ayuntamiento de Reus): «[Con la prueba] veremos cómo funcionan los espacios de producción colectiva de la Escola d’Oficis y, al poner un sector a hablar, conoceremos qué necesidades se generan»
Tener la oficina allí, «dará visibilidad al servicio y será más accesible al ciudadano, la intención es unificar servicios, algo que hacen muchos otros municipios del territorio».
En otro orden de cosas, uno de los rasgos del proyecto de creación de la Escola d’Oficis, y que no pasa desapercibido, es el valor arquitectónico del equipamiento, del que Subirats declara «que el nuevo centro formativo revitalizará el patrimonio industrial».
También sumará puntos y dinamizará el barrio del Carme. Y es que el edificio del Vapor Vell está catalogado en el Patrimoni Arquitectònic de Catalunya y es visto como uno de los elementos más representativos de a revolución industrial de la capital del Baix Camp.
A modo de recordatorio, el proyecto de la Escola d’Oficis obtuvo hasta 17 propuestas en el concurso para realizar el proyecto básico y ejecutivo de las obras de consolidación del edificio del Vapor Vell, así como de las obras de reforma para la implantación de la propia escuela.
La construcción, de hecho, tendrá aproximadamente una superficie de 773 metros cuadrados y contará con varias aulas para el correcto funcionamiento de las formaciones. En el equipamiento, se prevén impartir talleres, habrá despachos y otras infraestructuras.
Por otro lado, cuando Subirats habla de la edad de las personas que cursan formación profesional, pone sobre la mesa la importancia de la implantación en la ciudad del sistema FPCAT, «en el que, desde la Generalitat, se contempla una formación que va desde los 16 a los 67 años, teniendo en cuenta el ciclo de vida laboral de una persona», entre otros puntos. Esta amplia franja pone sobre la mesa múltiples situaciones laborales. Subirats pone como ejemplo aquella persona con amplia trayectoria, «pero sin cualificación acreditada».
«En este caso, se le tiene que dar la oportunidad de formarse, hay que ofrecer información, orientación y cualificación».
Todo ello, «no es que no se hiciera hasta ahora, sino que simplemente ahora se lleva a cabo de forma más ordenada, pues». Y es que reitera que es imprescindible «tener una estrategia de ocupación de la ciudad, una idea que vino dada con el Pla de Reactivació al llegar la pandemia».
En esta línea, el edil también remarca que, próximamente, «contaremos con un centro formativo integrado en Reus, entendido como aquel que unifica los intereses de los departamentos de Ensenyament i Treball, que es lo que pretende esencialmente el sistema FPCAT, con el objetivo de formar a un amplio espectro de personas».
El centro integrado en cuestión «supondría crear una sinergia entre el IMFE Mas Carandell –órgano que aplica todas las políticas del SOC transferidas a los municipios y el que tiene mayor experiencia en cualificación, formación y orientación– y la Escola d’Horticultura».
Hay que pensar, prosigue Subirats, que «la formación y la cualificación están pasando ahora mismo por una evolución de nuevas formas en las que llevarlas a cabo, por decirlo así». Por tanto, como Ayuntamiento y por ende, como IMFE Mas Carandell, establece, «tenemos una responsabilidad clara de cómo hemos de impulsar todo esto para que se materialice». Una de las líneas pasa por hacer posible que «la Escola d’Horticultura pueda ser un centro integrado».
Y, por otro lado, hablando en términos de cualificación, «se produce a menudo una paradoja en la que, por un lado, hay personas en paro y, a la vez, empresas que piden trabajadores, aunque los quieren cualificados, claro». Lo que quieren trabajar desde la administración local dentro del sistema mencionado es, entre otras cosas, «facilitar toda la orientación posible para que, rápidamente, se obtengan perfiles cualificados, para darles salida laboral, generando así lugares de trabajo».