Durante 45 días, las calles de Reus han estado iluminadas con motivos navideños. La ‘luz de Navidad’ llegó el 24 de noviembre con un espectáculo en el Mercadal que requirió de los centenares de personas que llenaban la plaza para que tomara toda la ciudad. Pero ahora, pasadas las fiestas, se la luz se ha vuelto a apagar.
Este domingo, 7 de enero, fue el último día que la ciudad lucía engalanada. En la plaza de Prim, el carrusel de dos plantas –instalado a finales de noviembre– prestaba sus últimos viajes a los más pequeños, mientras que en el Mercadal, todavía alguno se sacaba fotos con el árbol de Navidad, que durante mes y medio ha presidido la plaza más emblemática de la ciudad.
También fue el último día de la gran bola de luz de la Llibertat, una de las grandes apuestas de esta campaña. Con 12 metros de diámetro, y transitable por su interior, ha sido uno de los atractivos de estas navidades. Ayer por la tarde, y a pesar del frío que hacía, por la Llibertat todavía había familias y grupos de amigos que aprovechaban las últimas horas de la tarde para fotografiarse delante de la gran bola. «Ahora cuando la luz esté roja», pedía una chica y posaba a la espera de que cambiara el color. Más allá de estar iluminada, este domingo todavía hubo los últimos espectáculos de música y luz. Arrancaban a las seis de la tarde, cogiendo por sorpresa a los que estaban allí haciéndose fotos. La música empezaba a sonar y la bola cambiaba de luces y colores al mismo ritmo, lo que animaba a los visitantes a bailar, a acceder dentro de la bola y reír con los más pequeños. El espectáculo se repitió cada hora hasta llegar al último pase, a las 21 h, y se daba por finalizada la campaña navideña.
Otras propuestas finalizaron ya hace unos días, como la feria de atracciones infantiles, que estuvo en marcha en la plaza de Anton Borrell entre el 24 de noviembre y el 3 de enero, cuando cerró para dar paso, el día 5, a la recepción de los Reyes Magos. También el espacio de ‘Un Nadal Rodó’ se transformó la semana pasada en el campamento real.