La consulta ciudadana sobre el cierre del Mercat del Carrilet no tendrá lugar. Dicha voluntad, manifiesta ayer en el pleno a través de una moción en la que se sumó toda la oposición no obtuvo el apoyo del gobierno; y todo por una enmienda no aceptada, cuyo contenido elevaba el debate al futuro de la zona sur del barrio del Carrilet.
La discusión se prolongó cerca de tres cuartos de hora, un intervalo en el que el equipo de Pellicer tuvo delante una cuestión complicada, pues impedir la realización de una consulta pública suponía contradecir el Reglament de Participació Ciudadana, contenido que el propio alcalde había formalizado. «Los tres grupos que formamos parte del gobierno presentamos una enmienda, que no fue aceptada, en la que intentábamos reconducir el debate hacia un proyecto de más amplio alcance. Se trataba de que el Ayuntamiento de Reus, de acuerdo con el Reglament de Participació, organizara un proceso participativo sobre el ámbito del área del Carrilet», anunció la edil de Participació, Bon Govern i Serveis Generals en el Ayuntamiento de Reus, Montserrat Flores, en representación del gobierno local.
La «acción participativa», añadió, pertenece a un proyecto de «gran complejidad», que requiere «seguridad técnica y reflexión». Por ello, expuso, el gobierno es partidario de «la cocción lenta y no reactiva». A todo esto, insistió: «Ustedes han evitado un proceso participativo amplio, rico en debate, que podría haber respondido a muchas necesidades, que creemos que es lo que motiva a la moción; e impiden que ésta llegue a buen puerto».
Al no aceptar esta «respuesta alternativa», manifestó, no «sabemos si es por qué no quieren que se hable de dicha zona en su conjunto. Me gustaría pensar que no se ha querido evitar dicho debate. Una consulta, además, sólo plantea un asunto, tiene más limitaciones y no abarca toda una zona». Este proyecto, si no se anunció antes es porque «está sujeto a una gran complejidad, y esto requiere prudencia; sobre el futuro del Carrilet, hay un proyecto de ciudad, apostamos por una transformación urbana que genere una nueva centralidad en la zona del Carrilet», aseguró.
El portavoz del PSC, Andreu Martín, quien se encargó de la exposición de la moción, intervino contrariado con la intervención de Flores: «Lamento las excusas que dan. Su enmienda no nombra ni la consulta ni el Mercat. Son palabras vacías. Su propuesta de enmienda es diluir lo que se trata hoy aquí [ayer para el lector]. ¿De qué democracia habla usted? La enmienda es para no hacer la consulta».
Los recordatorios
De hecho, el socialista recordó, una vez más, la «inacción política por parte del gobierno, es un hecho constatable que hay una necesidad de venta de alimentos frescos en dicha zona»; que «la viabilidad económica está justificada» en el estudio sobre la construcción de un nuevo mercado realizado por l’Institut Municipal de Mercats de Barcelona; que habían opciones de financiación «a las que optar»; y que además habían 9.000 firmas que pedían la continuidad del Mercado del Carrilet. Por su parte, el concejal no adscrito, Raúl Meléndez, se mostró sorprendido por la posición de ERC en el asunto. «Cómo es posible que esté de acuerdo con quitar oportunidades a la gente de la ciudad», dijo.
Débora García (Cs) ensalzó que «la población de la zona sur quiere la continuidad del equipamiento», porque «el servicio que da el Mercat del Carrilet es esencial». Expuso con extrañeza que, con hasta seis operadores no se consiguiera asegurar la actividad en el espacio. «Eso se debe a que no existe la voluntad de que el mercado permanezca en activo. ¿El motivo del cierre? Sencillo. El Gobierno es incapaz de buscar una solución. El cierre degradará el barrio», hizo hincapié.
«Juegan con las palabras y la opinión de la ciudadanía. Podrían haberlo solucionado todo por su cuenta con la mayoría que tienen. Esta enmienda queda muy pobre», declaró, en su turno de palabra, la portavoz de la CUP, Mònica Pàmies. La cupaire también hizo visible que «la oposición se una en bloque es histórico, demuestra el interés que hay por la continuidad del Carrilet».
Por otro lado, la oposición sólo consiguió que una moción llegara a buen puerto, el resto no lo consiguieron. La que sí, favorable por unanimidad (aunque con una enmienda del gobierno aceptada), fue una presentada por el PSC para impulsar un plan integral de mejora del espacio urbano de la capital del Baix Camp. En ella, Daniel Marcos, en representación del partido proponente, aludía a mejorar aceras, eliminar barreras arquitectónicas, adecentar el mobiliario y la iluminación de la calle, entre otros ítems, siempre con un plan en el que «se realice un diagnóstico concienzudo y en el que participen colectivos de Reus; que se haga planes directores de manera participativa y no informativa», expuso.
Otra moción (CUP) para combatir la pobreza energética (y en la que entre otros acuerdos), se proponía «instalar contadores solidarios y condonar el pago de suministros a gente necesitada», no consiguió el apoyo del pleno. «No creemos necesario contadores solidarios. Hay que ir hacia la raíz del problema: en la situación en la que hay una irregularidad en la vivienda», sostuvo Montserrat Vilella (JxReus). «Esta moción defiende que una familia vulnerable, que ha de ocupar, tenga garantizados los suministros», valoró Ana Martínez (PSC), por el contrario.
Una moción referente a la mejora de la situación de los centros de atención primaria (Cs) y otra en materia de lucha fascista (CUP) fueron, por otro lado, desestimadas en la sesión del pleno municipal de ayer viernes.