Fresco, natural y de proximidad. Estos son los valores que van dentro de un envase con productos comprados a granel, una práctica ejercida durante muchísimos años que hoy en día vuelve a estar en la cresta de la ola. En Reus, este crecimiento también ha hecho mella en un amplio abanico de negocios con características diferentes, pero que comparten la misma iniciativa.
El joven negocio Super Fruit sigue la tónica de ofrecer alimentación de kilómetro 0. El pequeño establecimiento, regentado por Pau Alujas, vende mayormente los frutos secos y legumbres a granel, sobre todo para potenciar al pequeño productor local. Alujas apunta que han apostado por instalar dispensadores. «A nivel higiénico, son mejores». La clientela que acoge Alujas está acostumbrada a llevar sus propios recipientes para adquirir los alimentos. «Suelen traer los botes y las bolsas de ropa desde sus casas». A grandes rasgos se muestra optimista por lo que se refiere al éxito de este tipo de vendas, además de su conservación sin aditivos.
Desde 2017, la tienda Anem al gra sigue la misma filosofía. Encarna Martínez, su propietaria, es una gran conocedora del mundo de la herbolaria, y a raíz de ello decidió abrir las puertas de su negocio, con una amplia oferta de frutos secos, legumbres, pasta, setas y especias a granel, con expectativas de ampliar la variedad que ya posee. Martínez reconoce que este nicho de mercado se ha asentado en Reus, y cada vez más gente contribuye a contaminar menos. «Hay mucha gente que aún no nos conoce, pero el boca a boca hace su efecto».
Aunque los locales más novicios están implementando la venta a granel algunos comercios como el centenario Colmado Baró ofrecen su mercancía de este modo desde 1918. Anna Baró, la hija del actual propietario, tiene claro que es una fórmula ventajosa tanto para el vendedor como para el cliente. «Nos ha funcionado siempre. Nosotros podemos jugar mejor con el precio, y el consumidor puede coger la cantidad que encuentre necesaria». Aunque este servicio ha existido desde el principio, actualmente ha cogido una fuerza considerable. La charcutería también es a granel, y Baró estudia poder implementar más oferta en este formato. «Incluso contemplo formas con las que se pueda prescindir del plástico».
Otro lugar de referencia en Reus donde siempre se ha vendido a granel es el emblemático Mercat Central. Cerca de la entrada, se encuentra la Pesca Salada donde trabaja el presidente de los paradistas, Ildefons Vidal. Él valora que el movimiento que implique dejar de usar plásticos siempre será beneficioso, aunque hay que buscar nuevos recursos para educar en pos del medio ambiente. «Esta práctica ha sido acogida en el lapso de hará unos 15 años. Es cierto que se penaliza el uso de plástico haciendo pagar las bolsas y otros utensilios, pero habría que potenciarlo de otras formas y crear conciencia». Admite que a parte de clientela fiel a esta práctica, se nota la aparición de otros perfiles que apuestan por la venta a granel y la sostenibilidad. «Hay muchas familias jóvenes que quieren una alimentación natural para sus hijos».
Es una realidad que el consumo ecológico se va popularizando cada vez más, aunque haya muchos factores contra los cuáles es difícil luchar. Esta opinión es la que sostiene Àngels Cabré, propietaria de Viu l’Ecològic. A diferencia de los otros establecimientos, éste mantiene una estética más americana, ofreciendo un espacio con productos de alimentación y parafarmacia. «Durante el verano hay que reducir la oferta de productos que vendemos a granel, porque su conservación es más delicada» detalla Cabré tras el mostrador de la carnicería.
Una cuarta parte de la mercancía de Viu l’Ecològic se vende de esta forma durante el invierno, aunque no se pueda hacer en pleno agosto. Ella se declara una firme defensora del producto de proximidad que no ha sufrido ningún gran proceso industrial. «Es tal y como toda la alimentación se tiene que elaborar».