‘Tarragona 1936. Terror en la retaguardia’

El libro de Salvador Caamaño es un relato valiente, política-mente incorrecto y compro-metido, que intenta respon-der a cuestiones como: ¿Cuáles fueron las circuns-tancias concretas que llevaron a la Guerra Civil? 
 

20 abril 2022 05:40 | Actualizado a 20 abril 2022 09:58
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Acaba de publicar Silva Editorial el libro Tarragona 1936. Terror en la retaguardia, de mi admirado amigo Salvador Caamaño. Con un estilo sobrio y directo, que ya le conocemos de sus muy seguidos y celebrados artículos, nos describe ese violentísimo periodo en la retaguardia de la Guerra Civil en nuestra provincia por parte del Frente Popular y de la Cataluña presidida por Lluís Companys.

Artículos de Salvador Caamaño publicados en el Diari de Tarragona, fundado, entonces como Diario Español de Tarragona, por mi tío abuelo Luis Climent, autor también del libro Rojos en Tarragona y su provincia, de 1942, con la dedicatoria: «A mi padre: Cayó un día de un mes en un sitio que los suyos ignoran. Que estas páginas sean oración y mortaja», que introduce el terror en aquellos «años de angustias que vivieron nuestras gentes» y que, 80 años después, es del todo necesario recordar «hasta dónde puede llegar la perversidad humana» y al que llegaron, y llegamos ahora, «de odios en odios, de caciquismos en caciquismos», como decía mi tío abuelo entonces.

Llegamos ahora, por el empeño de sectores muy ideologizados, de populismos y nacionalismos, a revisar nuestra historia más reciente. Pretenden que no había dos Españas que habían entrado en guerra y cuarenta años después se reconciliaron, sino una España y una antiEspaña. Jóvenes catalanes de hoy están convencidos, gracias a esos empeños, de que la Guerra Civil fue una contienda de España contra Cataluña.

Esa revisión no necesita de ningún rigor. Parte del prejuicio y construye nuevos relatos desde el amparo de la memoria histórica, que nace con Zapatero allá por el año 2007. Los hechos se manipulan y simplifican, como hace la memoria personal, que recorta y preserva sólo algunos elementos de la biografía, por cuestiones prácticas, en lugar de historiarlos en toda su complejidad, para conseguir vertebrar un pilar de sentimiento de pertenencia a una comunidad, o a un sector de ella, como en este caso, como decía Juan Claudio de Ramón (The Objective, abril de 2021). David Rieff argumenta elocuentemente contra una memoria histórica «siempre selectiva, casi siempre interesada y todo menos irreprochable desde un punto de vista histórico» que «ha conducido con más frecuencia a la guerra que a la paz, al rencor que a la reconciliación y a la resolución de venganza en lugar de obligarse a la ardua labor del perdón».

Algunos aceptamos la reconciliación que supuso la Transición, viviéndola de niños, con recuerdos concretos de ese esfuerzo personal de nuestros padres y abuelos, que nos han permitido disfrutar de más de cuarenta años de paz, progreso, un desarrollo incomparable y una democracia plena, totalmente homologable a nuestro entorno, con relatos distintos al nuestro, ya que ellos, a ojos de esas revisiones, sí que consiguieron liberarse del fascismo, mientras que Franco murió en la cama, y por mucha revisión que quieran hacer a través de pretendidas memorias, aquella guerra no va a poder ganarse y ese relato de liberación europeo, fijándonos bien, tampoco se dio, ya que Europa no se liberó, sino que fueron los tanques americanos.

Ese recuerdo, que no memoria, nos convierte en fascistas a ojos de esos prejuicios ideológicos. En ultraderechistas peligrosos. En este sentido, cabe recordar que el autor del libro Tarragona 1936. Terror en la retaguardia, Salvador Caamaño, y el prologuista del mismo, antiguo profesor de la URV, Pedro A. Heras, fueran en aquellos años de la Transición y finales de la dictadura luchadores antifranquistas, militantes y dirigentes del PSUC.

Ese recuerdo nos convierte en defensores del régimen democrático del 78 y nos lleva a reivindicar su vigencia y valor, contraponiendo y señalando a los que no sólo quieren desprestigiarlo, deslegitimarlo, sino hundirlo y, para ello, reclamándose, precisamente, demócratas ellos, y adalides de dictaduras, ultraderechistas, nosotros. Y, como decía Luis Climent, «de odios en odios, de caciquismos en caciquismos»...

Para evitar esta burda manipulación, el libro de Caamaño constituye un breve y riguroso análisis histórico, sin mitos ni tabúes, ni ocultaciones, sobre lo que fue en realidad la Segunda República y los desmanes, la persecución religiosa y los más siniestros crímenes cometidos durante la Guerra Civil, en la retaguardia, en las principales poblaciones de la provincia de Tarragona, especialmente entre julio de 1936 y mayo de 1937, por parte de los comités revolucionarios y las patrullas de milicianos del Frente Popular que pusieron en práctica el llamado terror rojo. Según se relata, solían sacar a sus víctimas de madrugada, de sus hogares, de las cárceles o de los barcos prisión, para ser sacrificados de forma sádica y fría en las cunetas de las carreteras o en las tapias de los cementerios. Su único delito fue ser de derechas, religiosos, católicos o simplemente sospechosos de serlo. Nos habla también de los Tribunales Populares, la pavorosa persecución religiosa, los terribles campos de trabajo del Frente Popular que hubo en Hospitalet de l’Infant y Falset, los siniestros barcos prisión, los conocidos como «Fets de maig» en Tarragona, la cara ocultada de Lluís Companys. También son sumamente ilustrativos los apéndices, donde aparecen numerosos documentos y fotografías.

Tarragona 1936. Terror en la retaguardia es un relato valiente, políticamente incorrecto y comprometido, que intenta responder a cuestiones como: ¿Cuáles fueron las circunstancias concretas que llevaron a la Guerra Civil? ¿Quiénes fueron los responsables directos de los hechos relatados? ¿Qué se pretendía con ello? ¿Quiénes fueron las víctimas?

Nos dice el autor que es improcedente sostener una tesis maniquea, según la cual los del Frente Popular fueran los buenos y los franquistas los malos, muy malos, como pretenden las revisiones, esas sí, políticamente correctas, pues por mucho que se disfracen de democráticas no dejan de tener algo más que tintes de totalitarismo. No puede haber una versión oficial y correcta procedente de quienes aspiran a arrumbar nuestro régimen de libertades que ha conseguido el milagro de hacernos a todos los españoles, a todos, tan distintos y con ideologías diferentes, libres e iguales.

Todos los interesados por este fascinante y controvertido tema pueden conocer más detalles de primera mano en la presentación del libro, que contará con el autor y el prologuista, hoy miércoles, a las 19h en el salón de actos del Colegio de Abogados, en la calle Enric d’Ossó, detrás del Diari de Tarragona.

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