El pequeño y mediano comercio desgraciadamente ve cómo se cierran negocios muy rentables, rodeado por los grandes, que tratan de robarle a sus clientes. Algunos de estos grandes negocios ofrecen políticas de falsos descuentos durante casi todo el año. Además, ponen el producto en los domicilios de los clientes en un breve espacio de tiempo, en el caso de las grandes ciudades incluso en dos horas, lo que en el 99% de los casos no tiene en cuenta el alto grado de contaminación del medio ambiente que ello provoca. Sin olvidar, por otra parte, la constante lluvia de ofertas que realizan por medio del comercio online.
Constantemente escuchamos a los políticos hablando de este gran problema medioambiental, de efecto invernadero, de sostenibilidad, etc. En cambio, no legislan con medidas que considero que deberían ser de aplicación inmediata, especialmente para contrarrestar el gran daño que las grandes plataformas de comercio online provocan a diario, como ataque directo al ecosistema.
El pequeño y mediano comercio, gran escaparate en el que se miran los grandes por el gran trabajo que llevan a cabo y su enorme calidad demostrada a lo largo de los años, cuenta con un grave problema añadido: no tiene asegurado el «relevo generacional», aunque los negocios que se cierran por esta causa sean rentables.
Como ya hemos dicho anteriormente, el comercio es el motor de la riqueza económica de nuestros pueblos y ciudades, el dinero que genera hace posible la economía circular y crea riqueza en nuestros pueblos. Es el principal atractivo que reclaman las actuales generaciones cuando visitan una población con la intención de quedarse y establecer su vida allí; si hay comercio, hay vida, el comercio llama al resto de actividades en una población. Cuando en un pueblo el comercio cierra y muere, algo del pueblo muere con él; cuando el último comercio cierra, el pueblo sufre una despoblación progresiva que finalmente lleva a su desertización.
El comercio de proximidad concentra a una gran mayoría de autónomos, con más del 22%, y dobla a otros sectores como la agricultura o la construcción, en ambos casos con un 11%. En cuanto al relevo generacional, las nuevas generaciones no quieren seguir en el negocio de sus padres, aunque este sea un legado histórico en la familia que venga de varias generaciones, pues recuerdan las largas horas de trabajo de sus progenitores, los días sin descanso y los verdaderos sacrificios por los que la familia ha tenido que pasar para sacar el negocio adelante. No sienten ni atracción ni interés y la mayoría de las veces no ven futuro en el negocio familiar. Los argumentos que se utilizan no son suficientes para convencerles.
Los pequeños comercios que hoy abren ya ofrecen una apariencia muy distinta a la tradicional, lo que en algunos casos produce un efecto de nostalgia.
La aplicación de las nuevas tecnologías y la transformación digital deberían ser uno de los motores para mejorar la rentabilidad y viabilidad de los comercios e impulsar el cambio sin tener que esperar a la llegada de una nueva generación.
Desde la patronal del comercio, PimecComerç, damos apoyo a los empresarios del comercio, ofreciendo planes de marketing, formación, aplicación de las nuevas tecnologías, etc., etc.
Estamos reclamando a la Generalitat de Catalunya ayudas específicas para poder trabajar y hacer posible el relevo generacional, y evitar que muchos comercios emblemáticos de nuestros pueblos y ciudades, con una larga tradición histórica, cierren sus puertas. Debemos trabajar para impedirlo. Seguiremos…