El día 12 de octubre de 1492 una intrépida expedición, financiada por los Reyes Católicos y comandada por Cristóbal Colón, descubría un nuevo continente: América. Este hecho fue uno de los hitos más importantes de la Historia de la humanidad, pues cambiaría el devenir de la historia y junto con la romanización es una de sus etapas más memorables.
El 12 de octubre es también la Fiesta Nacional de España (establecida en 1987, siendo Felipe González presidente). El Día de la Hispanidad es una fiesta en la que recordamos la gloriosa historia de nuestro país y es a la vez una fiesta de unión y de hermanamiento con la comunidad Hispanoamericana. Es una fecha importante a ambos lados del Atlántico.
Sin embargo, es sorprendente comprobar como hoy muchos de los hechos más relevantes del descubrimiento de América y de la Historia de España son desconocidos por el el gran público y ni siquiera aparecen en muchos libros de texto o si aparecen lo hacen a menudo adulterados por la leyenda negra. Con lo cual se va perdiendo la conciencia de la propia historia.
La maquiavélica leyenda negra contra España, que durante tres siglos fue el primer imperio capaz de surcar todos los mares, el más importante y extenso, empezó en la Italia medieval y siguió urdiéndose, sobre todo, en los Países Bajos, Alemania e Inglaterra. Estos países, cargados de envidia, odio y racismo, por la hegemonía política, económica y militar española, llenaron de mentiras y excrecencias la historia de España, que tendría sus luces y sus sombras pero que, sin duda, comparada con las de esos países rivales acusadores cuya moralidad consistía en aplicar la máxima de «el único indio bueno es el indio muerto», fue un modelo de pulcritud, legalidad (Leyes de Indias), creatividad, asimilación y mestizaje e intercambio cultural.
Pero, España perdió la batalla contra su leyenda negra, en gran parte por la abdicación de sus clases dirigentes que históricamente no han querido o no han sabido hacer frente a la misma, defendiendo al menos lo fidedigno de los hechos históricos. Y por la actitud de otros muchos españoles que, por intereses espurios, traicionaron y perjudicaron gravemente a su nación, denigrándola, enfrentándola y dando pábulo a dicha Leyenda Negra.
Entre estos últimos, desde su aparición, siempre han destacado los nacionalismos separatistas que la hicieron suya y crecieron desde el principio a su abrigo. Lo mismo que en los últimos años han hecho ciertos sectores de la izquierda y del indigenismo fundamentalista que la han asumido con entusiasmo. El 12 de octubre es para ellos, únicamente, la conmemoración de un genocidio y Colón y los Reyes Católicos son para ellos los padres de la opresión. Así estamos asistiendo, por parte de energúmenos indoctos y acomplejados, a la destrucción de numerosas estatuas de las figuras más relevantes de la era del Descubrimiento, a los que se les atribuye falsariamente el origen del racismo, el esclavismo y la opresión.
Solo recordar que España llevó a América la cultura occidental, heredera de Grecia y Roma, el Renacimiento y el Siglo de Oro; llevó la civilización, la evangelización y una lengua común (que hablan 500 millones de personas). Y aunque es improcedente juzgar hechos de hace más de 500 años con criterios morales y éticos del presente, y múltiples investigaciones históricas han desmontando la mayoría de falsos mitos y tópicos, hoy la ‘leyenda negra’ sigue vivita y coleando, persistiendo así en gran medida la imagen negativa de España. Desgraciadamente son muchos los personajes públicos y los medios de comunicación que la publicitan y la asumen sin más, de forma acomplejada y acrítica, tal vez porque piensan que al hacerlo, dejan de formar parte de los ‘malos’. En fin, como se dice en el Quijote: «Ruin sea el que por ruin se tiene».
En Cataluña, desde hace décadas, el nacional-separatismo está empeñado en borrar todo lo que recuerde a Hispanidad. Bajo su tradicional campaña de «el 12-O. Res a celebrar» han llegado a proponer incluso la demolición de la emblemática e histórica estatua de Colón en Barcelona. También muchos ayuntamientos catalanes, mostrando su total desprecio por la Fiesta Nacional y por los ciudadanos que no son nacionalistas, abren sus puertas declarando que ese día es para ellos laborable.
Este tipo de iniciativas cuentan con el apoyo explícito de la mayoría de secesionistas e izquierdistas. Ada Colau hace poco suprimía el nombre de la calle dedicada a los Reyes Católicos y hace unos años ya intentó cambiar el nombre a la plaza de la Hispanidad, subiéndose a la ola de los que la palabra España o Hispanidad les produce urticaria. Recordar que el grupo terrorista Terra Lliure atentó en 1991 contra la réplica de la nao Santa María del puerto de Barcelona.
En Cataluña, no siempre fue así. El 12 de octubre de 1911 en la Casa de América de Barcelona se celebró por primera vez la ‘Fiesta del descubrimiento’ a instancias del presidente del Instituto de estudios Americanistas, el señor Frederic Rahola Trèmols (antepasado de Pilar Rahola).
Ahora, el Papa Francisco, como siempre que tiene oportunidad, no duda en apuntarse a esa marea antiespañola, populista e izquierdista tan en boga. Hace unos días a través de una carta enviada a México, pedía perdón por los «pecados personales y sociales» cometidos en la Conquista española. Debería leer lo que dice el gran intelectual mexicano José Vasconcelos al respecto en su libro Breve historia de México. En 2016 dijo lo mismo ante Evo Morales en Bolivia. Como no es un Papa que destaque precisamente por sus conocimientos históricos, debería ser mucho más prudente y debería leer también lo que decían el Papa san Juan Pablo II y otros eminentes cardenales en el libro La Iglesia en Ámerica: Evangelización y cultura (1992), editado con motivo de la celebración del Quinto Centenario del Descubrimiento.
El concepto de Hispanidad sería desarrollado en los años 30 por el intelectual español Ramiro de Maeztu (Defensa de la Hispanidad). Pero, curiosamente, quien puso las bases del ideal de Hispanidad fue el cardenal tarraconense y gran teólogo, nacido en La Riba (Tarragona) , Isidre Gomà, a partir de su discurso ‘Apología de la Hispanidad’, pronunciado en el teatro Colón de Buenos Aires el 12 de octubre de 1934. También debería leerlo el actual Santo padre.
Antonio Machado envió a Maeztu en 1934 una carta que empezaba así: «Con todo el alma le agradezco el envío de su hermoso libro Defensa de la Hispanidad, que he leído y releo con deleite. Sigo su obra con enorme interés desde los días en que todos pecamos algo contra la hispanidad».
Los constitucionalistas en Cataluña viviremos el Día de la Hispanidad como la fiesta de todos y como una oportunidad para defender y reivindicar nuestra historia y la identidad española de los catalanes frente a ese movimiento fanático y totalitario que pretende seguir borrando todo rastro de España en Cataluña. Así pues: ¡Feliz 12 de octubre! ¡Mucho que celebrar!