Renfe informa que si es declara la independència de Catalunya, Rodalies començaria a funcionar malament i amb endarreriments». Este tuit de @EnricCas podría formar parte de un estudio recién premiado por la Sociedad Española para el Procesamiento del Lenguaje Natural, que investiga en uno de los campos más fascinantes, el que combina lingüística e informática. El trabajo laureado, accesible en www.sepln.org, lo firman tres científicos de la UPF que han diseñado un modelo computacional para detectar el estilo satírico en los mensajes de Twitter.
El objetivo de Francesco Barbieri, Francesco Ronzano y Horacio Saggion es avanzar en la creación de una herramienta que, un día, pueda servir para que un robot perciba la ironía y la sátira. El siguiente paso será que las máquinas puedan, a su vez generar estos mensajes. Que por ejemplo, ante la noticia de que Fomento va a invertir 1,96 millones de euros en el Museu del Ferrocarril de Catalunya, en Vilanova i la Geltrú, vaya un robot y pregunte si no es toda la red de Rodalies en Catalunya la que es susceptible de formar parte de un museo.
Me queda la duda de si al maquinario se le habrá tenido que introducir previamente la información de que la red está congestionada y desfasada porque las infraestructuras datan de los 70 y 80, y de que de los 4.000 millones que preveía el plan Rodalies 2008-2015, han llegado solo 11,6, o bien le bastará con revisar las quejas de los sufridos usuarios precisamente en Twitter.
La paradoja sería que las computadoras fueran un día capaces hasta de esto, de producir este recurso tan catalán de la ironía, y algunos humanos –sin ser niños ni sufrir el síndrome de Asperger– la sigan pasando por alto. La repanocha.
