El conocido como caso INIPRO entra en una nueva fase. Una nueva fase donde los acusados por fin podrán defenderse. Llevo años viendo de cerca a personas que conozco en primera persona, con una honorabilidad intachable, sufriendo en silencio un sufrimiento injusto. Viviendo un linchamiento mediático sin posibilidad de poder defenderse. Y es que tanto desde la investigación, la instrucción como las acusaciones particulares al parecer ha interesado ir filtrando algunos aspectos, para que la pena del telediario y el dolor de los encausados sea mayor que seguramente sus futuras responsabilidades, que dudo mucho que las haya. Encausados que en algunos casos llevan casi 10 años con este asunto, que han visto publicados y aireados sus nombres, cosa que no ocurre ni siquiera con algunos de los más despreciables delincuentes, y en muchos casos se han gastado más en abogados que lo que llegaron a cobrar por un trabajo que sí realizaron. ¿Alguien ha pensado el efecto que tiene sobre una persona que ve su nombre en un cuadro junto a una petición de cárcel del Sr. Ricomà o la Sra. Estrada de años a la hora de buscar un trabajo o un crédito? Ya les digo yo que es demoledor para ellos y sus familias.
Yo no soy jurista, pero solo hace falta mirarse la causa por encima para ver que es un caso lleno de lagunas y de contradicciones, cosa que al parecer no ha interesado a ningún periodista. Se pueden ver aspectos como que el juez instructor cambió su versión varias veces durante la instrucción, que se limitó a copiar y pegar con comentarios subjetivos el informe de la investigación, que hay correos que claramente contradicen las tesis de la acusación, correos que dejan clarísimo que el ciberactivismo es voluntario y fuera del horario laboral, que ningún testigo ha ratificado esas tesis y que varios de ellos a los que el instructor se negaba a tomar declaración y que se han desechado del auto de conclusiones, son funcionarios que certifican que los trabajos se hicieron, que trabajaron conjuntamente con los encausados y que era técnicamente imposible que se conectasen a ninguna red social. En definitiva, intentan hacer ver que una empresa cobró por unos trabajos que no hizo, cuando hay múltiples informes de intervención y secretaría del Ayuntamiento que acreditan que sí se realizaron.
Un sinfín de contradicciones que ahora por fin las defensas podrán mostrar y que hasta ahora han tenido que callar. Pero mientras tanto, la lógica jurídica dicta que no muestren sus cartas para defenderse de tanta mentira esperando al juicio.
Yo no soy jurista, pero solo hace falta mirarse la causa por encima para ver que es un caso lleno de lagunas y de contradiccionesHay que destacar el papel de la CUP, que ha llevado hasta 5 veces a los concejales del anterior gobierno socialista al juzgado y 4 han sido archivadas. Cabe preguntarse por qué los antisistema en todos sus escritos piden específicamente que sea la Guardia Civil quien investigue. Y curiosamente en la mayoría de los casos han sido llevados al juzgado por una exconsellera condenada y que se negó a dimitir (consejos vendo, pero para mí no tengo).
Y sobre todo el lamentable papel del Sr. Puig y el Sr. Ricomà, cuyo objetivo es tapar su desastrosa gestión haciendo ruido con esta acusación claramente política, pidiendo el triple de penas que la fiscalía o la propia CUP y poniendo al frente a un abogado que iba en sus listas, que está contratado a dedo en varios casos entre ayuntamiento y empresas y cuyas minutas al parecer están muy por encima del 90% de los abogados de la ciudad.
Lamento especialmente el papel del Alcalde Ricomà, él sabe de los problemas personales de alguna de las personas que están en este proceso, pero eso no le ha sido impedimento para no demostrar la más mínima empatía con él y con su familia, todo con el objetivo de ocultar sus complejos y su incapacidad para liderar la ciudad. Yo soy de los que siempre he pensado que era importante llegar a acuerdos con este desastre de gobierno, con el fin de que la ciudad no se quedase bloqueada. Pero con la catadura moral de estos personajes a uno se le acaban los argumentos.
Por desgracia a los encausados aún les queda mucho por sufrir, mucha pena de telediario y muchas filtraciones interesadas para hacer el mayor daño posible. Muchos como yo sabemos de su honorabilidad, su buen hacer, su sufrimiento y confiamos en su inocencia. Solo les deseo a quienes les han llevado a esta situación que nunca pasen por algo así, sabiendo que son inocentes. Pero, para algunos, la verdad hace tiempo que dejó de importar, triste legado el que dejarán en la ciudad.