Una nueva matanza de civiles en Gaza

¿Qué más tiene que pasar en Gaza para que se detenga semejante matanza? Más de 30.000 muertos, la mayor parte de ellos civiles, sobre todo niños, mujeres y ancianos. Edificios de viviendas, parques, colegios, hospitales... convertidos en objetivos militares y volados –con toda su gente dentro– por soldados que festejan sin rubor ni pudor tan valientes «hazañas» en vergonzosos vídeos donde bailan y desprecian a sus víctimas. La prohibición de ayuda humanitaria para atender a una población que literalmente se muere de hambre –varios niños han fallecido ya de inanición– utilizada como arma de guerra. Y, por si la miseria moral de quienes perpetran semejantes crímenes –espero que algún día paguen por ello– no fuera ya de escándalo, despejan todas las dudas –si es que aún quedaba alguna– sobre su inhumanidad atacando a un grupo de personas que, desesperadas, se habían congregado para asistir a un reparto de comida y ayuda humanitaria, en una valiente acción del ejército israelí que se ha saldado con más de cien muertos, mientras que los heridos superan los setecientos. Y todo esto ocurre ante los ojos del mundo entero, incapaz de detener una masacre que solo generará dolor y más odio en una zona ya complicada. El veto estadounidense impide un alto el fuego, por lo que esa nación es cómplice de todo lo que está sucediendo en la Franja de Gaza. Como lo son los países –y me temo que entre ellos se incluye España– que con una mano piden el fin de las hostilidades y con la otra venden al ejército israelí las armas con las que matan a los civiles palestinos. Sí, al final, business es business. Por favor, que alguien con un poco de decencia y respeto por la vida detenga esta matanza.