Nick Cave

Sencillamente Nick Cave, el cantautor más extraordinario de estos tiempos, es quién mejor te permite experimentar a Dios o al Ser Superior que prefieras. Escribir una canción requiere un ajuste de cuentas. Hay que arremangarse y, mediante una aplicación rigurosa, encontrar la condición desastrosa y mortificante de nuestro yo interior. Ejercer orden poético sobre la agitación y el caos. Tallar, pulir y dar estructura al corazón afligido; codificar nuestras almas cansadas, dar forma a la tristeza. Al final, si el artista tiene suerte, las canciones emergen de este sombrío asunto y envían esas cosas aladas y brillantes para atraer a Dios e intentar animar Su presencia en el mundo. «¡Mira Dios, aquí estoy!» decimos nosotros al escucharlas. Cualquier niño le pide a sus padres que lo miren. La mirada salvadora porque te hace existir. Como la de las partículas cuánticas que crean la realidad con su mirada. Ser o no ser. Nick Cave entiende el potencial oscuro del corazón del mundo porque lo ha visto por dentro. Lo ha perdido todo. Lo tiene todo. De esta manera, como artista es el fiel emisario de lo divino y de lo humano. Tiene la información. Sabe. Este octubre actúa en Barcelona, ustedes mismos.