Salvador Illa hizo el miércoles su primera visita como nuevo President de la Generalitat al cuartel general de los Mossos. No es casualidad. Quiso mostrarles su apoyo en unos momentos en que están en el ojo del huracán por no haber conseguido detener al expresident Carles Puigdemont. Illa advirtió que hay que sacar a la Policía catalana de la confrontación política. Tiene toda la razón.
Muchos analistas consideran que los Mossos hicieron el ridículo al no capturar a Puigdemont. No estuvieron brillantes, desde luego, pero como la memoria es frágil y los acontecimientos ya hace años que se suceden a un ritmo vertiginoso es bueno rememorar otras situaciones de las que sus protagonistas no pueden presumir.
Septiembre de 2017. La entonces vicepresidenta del Gobierno del PP, Soraya Sáez de Santamaría, afirmó tajante: ««No habrá urnas». Su colega Cristóbal Montoro, ministro de Hacienda, ironizó con que «¿cómo va a haber urnas, si no tienen dinero?». El propio presidente, Mariano Rajoy, sentenció en una comparecencia desde Moncloa que «esa consulta, por más que se pretenda imponer de forma atropellada, chapucera e ilegal, no se va a celebrar». Pues hubo urnas (la policía no fue capaz de interceptar ni una) y hubo referéndum (o consulta, da lo mismo). ¿Ridículo del Gobierno del PP?
El juez Llarena y otros magistrados han intentado desde que Puigdemont se marchase de España que la Justicia europea se lo entregara. Han recibido negativa tras negativa de diversos países. ¿Han hecho el ridículo?
Y el PP de Alberto Núñez Feijóo en pleno se empeñó en decir que Pedro Sánchez haría President a Carles Puigdemont. Pues no. ¿Ridículo de los sucesores de Rajoy?