El almacén

07 julio 2024 19:03 | Actualizado a 08 julio 2024 07:00
Antoni Coll i Gilabert
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Contaba Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, que al huir los alemanes de un pueblo italiano que ocupaban, dejaron abierto un almacén militar y mucha gente, en aquellos años de hambre y pobreza, lo invadió en busca de ropa y alimentos. Su padre se llevó una manta que fue convertida en abriguito para su hijo. Cantalamessa, al predicar sobre la gratuidad de la gracia, comparaba la Iglesia con aquel almacén del que cada uno podía llevarse lo que deseara: el perdón, paz para el alma y la vida eterna.

En la muerte el sábado, a los 101 años, de mi buena miga Maria Rosa Company, viuda de Pere Huber y madre de una gran familia, pienso en cómo vivía esta mujer la fe y cómo la repartió a manos llenas en su vida... ni que fuera la encargada del almacén.

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