Los abortos selectivos que en China (aunque no sólo) se practicaban para favorecer el nacimiento de hijos varones parecen cosa del pasado. Pero hace poco leí la historia de una joven que había sobrevivido a miles de agujas que sus cuatro abuelos y sus padres le habían insertado en el cuerpo cuando era recién nacida. La niña sobrevivió y, ya convertida en mujer, descubrió por casualidad, durante un análisis, que tenía el cuerpo lleno de agujas que se confundían con su carne. La realidad es que en la China de hoy hay un problema para los hombres: no encuentran esposa ya que las mujeres son muy escasas. El hecho se complica aún más en el campo al coincidir con otra tradición arcaica, una creencia arraigada según la cual un hombre no casado no puede ser sepultado con sus antepasados. Así que, habiendo sido suprimidas las mujeres durante décadas y siendo pocas las disponibles para el matrimonio, a los solteros no les toca otra que casarse con las mujeres muertas. Un comercio floreciente, los matrimonios yinhun –con los cadáveres–, con los precios por fiambre por las nubes y controlados por las mafias. Pienso en lo idiota que es la supremacía masculina, que es capaz de pagar por tener una esposa fantasma.
La novia cadáver
02 junio 2024 20:50 |
Actualizado a 03 junio 2024 07:00
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