Fiódor

Observaba con recelo cómo mi padre leía con insistencia el mismo libro. Era la edición de las obras completas de Fiódor Dostoyevsky. Durante años ese autor me provocaba rechazo. Por largo, por complejo, por ruso, porque quién recuerda esos nombres interminables. Hasta que llegó el día y caí del caballo como San Pablo camino de Tarso. El jugador fue escrita y publicada en 1866. La novela refleja la propia adicción de Dostoyevski al juego de la ruleta durante su estancia en Wiesbaden, presentada como la ciudad ficticia de Roulettenbourg de la novela, y su pasional estadía en Europa con Apollinaria (Polina) Prokófievna Súslova, de quien se enamoró perdidamente (lo de los nombres rusos es una maravilla una vez cumplidos los 40, antes es una tortura).​Dostoyevski completó su obra bajo condición del cumplimiento del plazo de un mes que le impuso el editor Fiódor Stellovski. En caso de incumplimiento de dicho plazo, el editor se quedaba con los derechos de autor de todo lo que escribiera Dostoyevski. Los amigos del autor tuvieron la idea de enviarle una taquígrafa joven y hermosa. En el tiempo récord de 26 días, el autor dictó El jugador a Anna Grigórievna Snítkina, que meses después se convertiría en su segunda esposa. Ella dijo que se había enamorado de sus palabras. No me extraña. Pruébenlo, aunque solo sea una vez. Denle una oportunidad al viejo Fiódor.