Un manifiesto de cientos de cargos de ERC pide, aunque con un circunloquio, el final del liderazgo de Oriol Junqueras. No sabía que tuviera tantos ‘amigos’ en el partido y supongo que para él habrá sido una decepción saberlo.
Posiblemente haya vistos infravalorados sus años de cárcel, aunque como historiador sus pensamientos pueden haberle llevado por otros derroteros; por ejemplo cuando el PSOE republicano se partió entre seguidores de Indalecio Prieto y de Largo Caballero, o cuando UCD se desintegró por luchas intestinas que le llevaron de obtener 157 diputados a tener 11.
Aunque, remontándose en los siglos y mirando a la cara a más de uno, puede que haya recordado aquel lamento de César en los idus de marzo: ¿Tu quoque, Brute, filii mei?
