¿Se ha preguntado alguna vez cómo ve el mundo que le rodea un bebé? Sí, admito que no se trata de una pregunta muy común y que parece más bien una de esas conversaciones de bar que surgen cuando ya se llevan encima unas cuantas cervezas.
Y, sin embargo, un café de Tokio ha decidido basar en esta cuestión su negocio, por lo que lo ha dispuesto todo para permitir a sus usuarios experimentar lo que supone ser bebé por un día, con el objetivo de fomentar la empatía con los niños y entender las dificultades a las que se enfrentan a diario.
Así, este original establecimiento ofrece a sus clientes la posibilidad de ver las cosas desde la perspectiva de los niños, por lo que las tazas, las galletas, las tartas... todos los elementos, como las sillas o las mesas, son descomunales.
La curiosa experiencia comienza bien pronto, pues nada más entrar al café los visitantes son recibidos por una cabeza gigante que busca mostrar la falta de proporción entre la cabeza de los bebés y su cuerpo y que pesa unos 21 kilos y mide casi medio metro. El café presenta un desayuno típico de un niño de 2 años, pero completamente fuera de tamaño, para que entendamos por qué tardan tanto en terminarlo. E incorpora una experiencia de realidad virtual donde los clientes pueden ver a unas figuras gigantes regañándoles, algo que desde esa altura puede resultar aterrador.
Los usuarios también pueden probarse la clásica mochila de los niños de primaria y que en esta versión para adultos tiene un peso de cerca de 19 kilos, equivalente a la proporción entre el peso de los niños y las mochilas que ellos cargan. Pues eso, nada como ponerse en la piel de otros para comprender cómo se sienten ante la vida. Deberíamos hacerlo mucho más; evitaríamos muchos problemas.